“Angelita un ejemplo a seguir”

No quiero que esto solo sea un pequeño homenaje, quiero que cuando el lector elija si leerlo o no, pueda decidir si le sirve de ejemplo para seguir viviendo y afrontar los obstáculos, con una inmensa sonrisa o con entereza y fuerza.

Angela, Angelita, o Mamá Yora, creo que la llamaban así, decidió un gran día demostrarle al mundo que lo importante en la vida es tener la oportunidad de vivirla, y así nos dio una gran lección a todos aquellos que formaban parte de su vida, que la querían y la adoraban.

Y ahora nos toca a nosotros a su familia, a sus amigos, a todos aquellos que tuvimos la oportunidad de conocerla transmitir lo que ella nos enseñó y con orgullo he decidido comunicárselo al pueblo de Lanzarote, pueblo por el que ella sentía devoción.

Definirla es bastante difícil para mí, porque eran tantas sus virtudes que apenas podía detectarle sus defectos. Me atrevo a decir con una sola palabra quien era Angelita, era y será siempre una madre, la pieza fundamental de la familia, familia que mantuvo unida hasta el final de sus días, objetivo número uno conseguido. Dedicó su vida entera a hacerles entender a sus hijos, a sus nietos e incluso a sus bisnietos, que el núcleo principal de la vida se centra en la familia. Entregó su corazón incondicional a su marido y le enseñó que el amor no tiene barreras aunque hayan frecuentes adversidades, lucharon juntos hasta el final, pasaron como todos nosotros por momentos malos y buenos, pero sus fuerzas soplaban inmensamente ante un impedimento cuando estaban juntos.

Tras conseguir esa unión, la vida le puso una dura prueba y entonces ya era otro el objetivo que se planteó, una enfermedad había decidido instalarse en su cuerpo sin su permiso, pero esta vez decidió echarle un pulso a la vida y lo que supuestamente duraría dos años, duró nada más y nada menos que veinte. Se agarró a la vida y decidió combatir con sus armas y sus aliados la dura enfermedad, digno de admirar. Sus armas fueron pocas pero eficaces, sonrisa y coraje y sus aliados indiscutiblemente su familia; ahora les tocaba a ellos ayudarla, pero no lo entendió, se puso al mundo por montera y entonces consiguió su otro objetivo, que no era más que disfrutar de los pequeños momentos de felicidad que nos brinda la vida, esos pequeños detalles que para ella lo eran todo, hasta que ya no pudo más, no porque perdiera las fuerzas, si no por que hay batallas que no se pueden ganar cuando hablamos de salud y de enfermedad.

Anoche cuando tuve que enfrentarme Angelita a ver a tus hijos, a tu marido, a tus nietas y a toda la gente que te quería destrozada, tuve una mezcla de sensaciones, sabía que habíamos perdido a alguien ejemplar, pero por otro lado habíamos ganado la batalla todos juntos, por que al mirar a tus hijos y observarlos ví en ellos todo lo que tú les habías transmitido y con eso me quedé. Siento la pena de no haberte conocido tanto como yo quisiera, pero te aseguro que eres única.

Ahora te toca descansar, no te preocupes por nosotros, tu familia estará arropada en todo momento, tu marido, tus hijos, tus nietas y tus bisnietas, seguirán unidos como así tú lo querías. A ti ahora solo te queda descansar, dejar de sufrir y montar allí donde quieras que estés un restaurante, pero que sepas que cocinas bien, pero se te olvidó aprender algo esencial, hacer truchas para Mando en Navidad; cuando mi madre vuele a tu lado te enseñará.

Quiero dedicar este pequeño homenaje a su familia, a sus hijos, a su marido, a sus nietas y bisnietos, que son un ejemplo a seguir, ahora les queda lo más duro poner en práctica lo que su madre les enseñó, pero se que lo conseguirán, son un buen equipo.

Pero permítanme dirigir estas últimas palabras a Mando, uno de sus hijos, sé que no hay consuelo, sé que la pérdida de una madre es dura de superar, pero también sé Mando que no pudiste hacer más de lo que hiciste por ella como mismo te dije ayer, le entregaste parte de tu vida y aprendiste de ella a entregar tu corazón incondicionalmente, a tu familia, a tus amigos y en especial a la gente que como tu mamá también padece una enfermedad, aunque no sea la misma que ella.

No podemos agradecerte todo lo que has hecho por nosotros, pero si lucharemos juntos para que sonrías una vez más.

Y por último quiero dedicar este homenaje a la sociedad en general, a las personas que padecen una enfermedad, a las personas que este momento de su vida no encuentran salida a sus problemas y a todas aquellas personas que no saben valorar lo que ella si valoraba y espero que les sirva de apoyo el ejemplo de Angelita.

Angelita donde quieras que esté mándanos unas torrijitas y tu fuerza para afrontar que ya no estás.

Te queremos

Familia García Acosta

Un saludo para su familia.