El adiós de Coalición Canaria

Los que ocupaban puestos en Coalición Canaria, bien remunerados, se han dado a la fuga. Y en el sector privado sólo algunos se podrán colocar; otros muchos son unos inútiles a los que nadie quiere. Incluso los más listos tendrán problemas, porque son años y años tirados a la bartola y desconectados de la realidad. De la desaparición fáctica de Coalición Canaria tienen varios la culpa. El primer responsable es Clavijo, demasiado poca cosa para darle el golpe de estado a Paulino Rivero y que el golpe triunfara, a la larga. A la corta, sí, porque ya se sabe cómo compraron a los venezolanos. Pero eso no dura siempre y Clavijo es el primer responsable del descalabro. Barragán fue un desastre como coordinador de los reinos de taifas y la señorita de Madrid, la señorita Oramas, sólo quiere estar bien instalada, como buena burguesa. Los periféricos contaban poco y Rivero los tenía atados en corto. El que se movía no salía en la foto y él usaba el palo y la zanahoria. La unión electoral con Nueva Canarias fue un desastre y posiblemente será la última: en la maniobra catalanista de Sánchez, uno votará que no y otro que sí a la investidura, o al menos eso es lo que pretenden los militantes de una y otra formación. Coalición Canaria no existe e incluso el PNC, que le había sido fiel, se ha despedido de ella porque, si no, desaparece también. Han desaprovechado este digno paraguas -el del PNC- para que el nacionalismo sirviera para algo. El PNC no tiene muchos militantes, pero tiene ideología, historia e ideas. Enjundia. Coalición Canaria empezó heredando las asociaciones de vecinos de ATI y ha terminado proscribiendo a quienes la inventaron, unos en la cárcel -para mí de forma injusta- y otros arruinados. Qué triste final.

Publicado en Diario de Avisos