El Gobierno de Canarias aúna esfuerzos para el control del picudo rojo de la palmera
Así se decidió en una reunión mantenida en la sede del Centro de Planificación Ambiental de La Laguna (Ceplam), que contó con la presencia de técnicos de ambos departamentos y permitió establecer fórmulas de coordinación para tener cerrada antes de final de año la estrategia a seguir, dado que son muchos los agentes implicados en el control de este mal.
Se pretende redactar una serie de recomendaciones para evitar que la mencionada plaga llegue a los palmerales naturales y las medidas que se deberían poner en marcha en caso de que esto sucediera. Asimismo, se planteó la elaboración de un plan de comunicación interno sobre el picudo para que la actuación del Gobierno de Canarias se realice de forma coordinada.
La reunión sirvió, además, para analizar la clasificación que Gesplán realizó vía encomienda de la Dirección General del Medio Natural de todos los palmerales naturales de las Islas. Este informe se fundamenta en dos parámetros básicos, que son, por un lado los indicadores de conservación -su riqueza biológica o calidad ambiental-, y por otro, su sensibilidad a la presencia de plagas.
Se parte de una información común para todos los palmerales que hay en Canarias, que son más de 700 y están registrados en el Mapa de Vegetación del Archipiélago, elaborado por la Universidad de La Laguna. Para la caracterización de estos enclaves se emplearon parámetros como su visibilidad, superficie, contribución frente a la erosión y proximidad de entornos urbanos. La sensibilidad a las plagas, por su parte, se mide en función de los índices de temperatura y lluvias, en relación con la biología de los insectos.