El 40 por ciento de los esquizofrénicos no son conscientes de su enfermedad
El 40 por ciento de los esquizofrénicos no son conscientes de su enfermedad, según asegura Ángel Trujillo, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín. Trujillo de cara a la X Jornadas Internacionales de Actualización en Salud Mental, que se celebrará entre el 13 y 14 de noviembre, recordó aspectos de una dolencia que sufren aproximadamente 20.000 canarios, justo el uno por ciento de la población, la misma proporción que la media mundial.
El especialista del Negrín lamentó que los enfermos esperen, como media, un total de 4.8 años para acudir al médico; esperando encontrar una cura para las alucinaciones auditivas, las ideas delirantes de persecución y la apatía generalizada que le lleva al desinterés. Unos síntomas que a día de hoy no se conocen porque se desarrollan, pero que “con certeza” están influidos por los traumas infantiles, antecedentes familiares de primer grado y el consumo de drogas. “No son los genes, aunque existe una vulnerabilidad genética ante las circunstancias ambientales”, concluye Jorge De Vega, psicólogo del Hospital grancanario.
Para él la recuperación de un paciente no sólo debe incluir terapias psicosociales, sino un refuerzo de la capacidad de superación del paciente. De Vega explicó que las personas tienden a responder a los problemas de dos formas: con una actitud lastimera, que arrastra los problemas en el tiempo, o con una capacidad de superación (reciliencia), que permite a los enfermos superarse y aceptar los cambios.
Precisamente el psicológico del Hospital asegura esta es una de las razones por las que las clases marginadas y minoritarias, no están más afectadas por la enfermedad mental. Defiende que el bloque social más perjudicado por la integración es el que cuenta con mayor capacidad de superación, ante la costumbre de tener que lidiar ante circunstancias adversas. En cualquier caso, insiste que la pertenecía a uno u otro escalafón social no es una causa a la hora de sufrir una enfermedad mental, “pese a que las personas sobreprotegidas no aciertan a superar las situaciones desfavorables y están más expuestas", dice De Vega.
No estamos locos
Trujillo asiente a las teorías que defiende De Vega y añade que uno de los factores decisivos para la recuperación de los esquizofrénicos es la aceptación de este mal como una enfermedad más. “Es necesario desterrar del vocabulario palabras que pasean connotaciones peyorativas, que sirven para marcar estigmas, como el vocablo locura”, subraya.
Los síntomas de los enfermos les lleva a una situación que les lleva a ser conscientes de que hay un cambio y que los demás no lo entienden por lo que se aíslan en su mundo. La respuesta de la sociedad debe ser “la aceptación y no la marginación”. “El miedo no tiene cabida en la sociedad del siglo XXI, porque además proporcionalmente los esquizofrénicos comenten menos delitos que los que no adolecen de una enfermedad mental”, concluye.