Contó Jesús Machín este viernes en Crónicas Radio que Claudina Morales le había dicho que antes de ir a un congreso de Coalición Canaria (CC) hay que meter en la maleta las mejores galas que uno tenga, no vaya a ser que luego te elijan y tengas que salir en las fotos oficiales. La afirmación de la actual presidenta de la formación nacionalista refleja perfectamente lo que es Coalición, una organización en la que llegada la hora de tomar decisiones y de elegir personas puede suceder cualquier cosa. Y a eso van los unos y los otros este fin de semana a Tenerife, a pelear para que una vez más vuelva a suceder cualquier cosa, que se nomine a un desconocido como lo fue en su día Román Rodríguez a la presidencia del Gobierno o que se nombre a una majorera joven y casi desconocida máxima responsable de la organización para templar gaitas entre los gallos del gallinero.
Este sábado arranca de forma oficial el V Congreso Nacional de CC en Tenerife, y lo hace con un nivel de dudas estresante incluso para los integrantes de una formación que están acostumbrados a agitar al máximo los botes de la adrenalina política. Para estar al tanto de lo que va a suceder hay que manejar varias claves: la primera, si finalmente se accederá o no a modificar el modelo de partido, pasando del actual sistema a otro parecido al de los socialistas, con una Presidencia de honor y una Secretaría General fuerte; y, sobre todo, si finalmente se apuesta por la corriente renovadora que lidera el actual presidente del Grupo Parlamentario, José Miguel Ruano, o se apuesta por la corriente continuista que lidera tras el telón de los enfrentamientos el actual presidente del Gobierno, Paulino Rivero.
Nunca se ha presentado un congreso tan incierto como el actual. El semitriunfo de las locales y las autonómicas no sirvió para tapar la enorme hemorragia interna que se generó como consecuencia del batacazo de las generales. Por ese motivo la corriente renovadora, en la que están además de Ruano cargos importantes de Tenerife como Manuel Hermoso, Ana Oramas y Fernando Clavijo, o cargos tan importantes de Lanzarote como Pedro San Ginés, Oswaldo Betancort, Marci Acuña o Antonio Morales, parece tener más posibilidades de imponer su criterio. Todo, además, con un candidato negador e inexistente como es Paulino Rivero que cuenta eso sí con apoyos ya anunciados como los de pesos pesados de Fuerteventura como Mario Cabrera o de Gran Canaria como Fernando Bañolas. Las espadas en todo lo algo y la pregunta en el aire clara: ¿renovarse o morir del éxito que ha acompañado a la formación de la unión de siglas desde principios de la década de los noventa hasta ahora?
Es la primera vez que el cónclave de primeras espadas de Coalición se presenta sin unidad de criterio clara por islas. De hecho, al amanecer del sábado se antoja imposible contar con cierta precisión el voto de cada uno de los compromisarios que acudirá a la capital de la isla picuda. En Lanzarote, por ejemplo, aunque la posición mayoritaria es la de la renovación, sigue habiendo cargos destacados como los del actual presidente insular y alcalde de Tinajo, Suso Machín, el alcalde de Haría, José Torres, o los cargos del Gobierno Mario Pérez e Inés Rojas que parecen decantados por la opción del tándem Rivero-Barragán. En Fuerteventura, tres cuartos de lo mismo, puesto que mientras Mario Cabrera o Claudina Morales lideran el apoyo a esa teórica opción, otra corriente encabezada por Marcial Morale se inclinaría por apoyar a los promotores del cambio. Por no estar claro no esá claro si en La Palma, donde siempre esconden sus cartas hasta el último momento, van con una postura única. Si se pregunta al líder palmero, Antonio Castro, probablemente hablará de renovación, pero sigue habiendo dudas sobre lo que piensan sus compañeros.
Dicen los que saben más que el sábado va a ser un día intenso y largo, y que todo se tendrá que resolver o bien de madrugada o el mismo domingo por la mañana.
