Las direcciones de los dos partidos en el Archipiélago están convencidas de que algo puede pasar en las próximas horas. La negativa de los socialistas a abandonar el Ejecutivo podría forzar un movimiento que Clavijo tampoco quiere dar

CC y PSOE se dan una nueva tregua a la espera de la aprobación de los presupuestos en Canarias

Arranca la semana con el cuento del lobo de la posible ruptura del pacto de gobierno en las Islas entre Coalición Canaria (CC) y Partido Socialista (PSOE) llegando casi a su fin. O a su principio. Afirmar como han hecho días atrás algunos medios lo que va a pasar en las próximas horas no sólo es temerario sino incorrecto, puesto que no puede ser información periodística aquello que no se sabe si va a suceder o no. Eso es pura especulación. Y no se sabe porque en estos momentos lo que está claro en la política regional es que no está nada claro, y que ni siquiera los presuntos implicados en todo el lío saben muy bien lo que podría o debería suceder.

El fin de semana ha demostrado que la Navidad no es fecha propicia para darle un sartenazo al socio de gobierno. Mucho menos cuando toda una Comunidad Autónoma depende de la aprobación de un presupuesto que sigue en el aire, no por los 7.000 millones de euros que parece claro cómo se van a asignar, sino por ese regalo envenenado de Cristóbal Montoro de 160 millones de euros que se convirtieron en algo que se ha llamado Fondo de Desarrollo de Canarias (FDCAN) que se ha convertido en la excusa que van a utilizar los unos o los otros para hacer eso que ahora parece que no se atreven a hacer.

Todas las quinielas, y lo que dicen también los presuntos implicados, caminan hacia la ruptura. Nacionalistas y socialistas no se soportan, y lo que es peor, no se fían los unos de los otros. Así es muy difícil gobernar. Por eso se han producido tantos movimientos en las últimas horas a cuenta del cuento. Por segunda vez en la historia de la Comunidad estuvo a punto de hacerse realidad la suma para presentar una moción de censura. El PSOE hizo una oferta seria al Partido Popular (PP), convidado de piedra en toda esta historia, pero en Génova ahora tampoco están para experimentos. Ellos también tienen que sacar adelante unos presupuestos en Madrid. Y así anda su presidente regional, Asier Antona, de desmentido en desmentido, y pidiendo a los socios que digan oficialmente si rompen o no rompen.

Este lunes, después de que las direcciones de los dos partidos fueran incapaces de anunciar nada, se vuelve a reunir el Gobierno. En teoría asumiendo un nuevo reparto del FDCAN que va a poner algo de paz al final del año. Un reparto curiosamente propuesto por el PP, que vuelve a perjudicar a las islas que no son Gran Canaria y Tenerife.