jueves. 28.03.2024

Por Blanca María Blancas Suárez

“Estoy cansado” debió pensar una parte de mi corazón aquel 14 de Enero,”es

hora de parar este tic-tac tan monótono”...

Y así hubiera ocurrido si a las cuatro de la madrugada, la mitad de ese músculo

no hubiera decidido aguantar lo suficiente para que llegara al Hospital General y

encontrara un servicio de urgencias empeñado en que siguiera “trabajando”,

porque la otra mitad ya se había parado por su cuenta.

No se que cara tenían las personas que me atendieron, sólo oía voces y a

ratos; sí notaba que estaban nerviosas, me preguntaban cosas y creo que le

contestaba entre balbuceos. Unos iban otros venían, habían aparatos con luces de

colores e intermitentes, de nuevo perdía la conciecia y cuando la recobraba ellas

seguían afanadas en que mi corazón no se parara del todo (pasados unos días me

informaron que habían temido lo peor, y que lo habían pasado realmente mal).

En aquel momento yo no era consciente de la gravedad de la situación, sólo

quería que me quitaran el dolor e irme a casa, y para conseguirlo ellos seguían

zarandeandome, conectandome a maquinas que sonaban de manera escandalosa.

Recuerdo que me molestaba el sonido,me rebotaba en los oídos.

Después de unos dias en la Unidad de Cuidados Intensivos, otros en la planta

de Cardiología, luego traslado al Negrín y de nuevo a casa, empiezo a vivir con cierta

lejanía esta vivencia.

Tengo claro que si no llega la ambulancia con la rapidez que lo hizo, si el

equipo de profesionales que me atendió en el Hospital Dr.Molina Orosa de Lanzarote

no se hubiera empeñado en que yo siguiera con vida, si en la U.C.I. y en Cardiología

no me hubieran seguido “mimando”,si mi habitación no hubiera estado pulcra como

lo estaba, si desde la cocina no me hubieran enviado la comida adecuada, etc.,hoy

en día yo no estaría escribiendo esta nota de agradecimiento. No lo hago porque

cumplan con su profesión, sino por el extra que le ponen a su trabajo: humanidad,

cariño y responsabilidad.

Estas personas consiguieron que un mal rato se convierta en un recuerdo algo

mejor.¡ Ah,y llevo cuatro meses sin fumar!

Gracias.

Hoy cumplo cuatro meses...
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