viernes. 29.03.2024
El alcalde de Haría y secretario general de CC, Juan Ramírez, culpó a Ezequiel Navío en julio de 1998 de haber llegado a Lanzarote para realizar campañas de desprestigio. CC y PSOE han contratado a la misma persona que hace quince años acusaban de chantajearles

El asesor del petróleo del Cabildo fue acusado de “chantajista” por el ex presidente Enrique Pérez Parrilla

El entonces máximo responsable de los socialistas lanzaroteños dio a conocer el contenido de una carta que envío al Cabildo el ahora asesor en la que le decía que guardaría silencio sobre las irregularidades que había detectado en la obra de los aparcamientos de Timanfaya y no presentaría alegaciones contrarias a la moratoria turística si despedía a un trabajador de la institución

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El asesor que ha contratado el grupo de gobierno del Cabildo de Lanzarote para llevar adelante todas las iniciativas que tienen que ver con su lucha contra las prospecciones petrolíferas que la empresa Repsol quiere realizar frente a las costas del Archipiélago, Ezequiel Navío, fue acusado oficialmente en 1999 por el entonces presidente de la institución, el socialista Enrique Pérez Parrilla, de “chantajista”. Además, entre otros, el entonces alcalde de Haría y secretario general de Coalición Canaria (CC) en la Isla, Juan Ramírez, realizó unas llamativas declaraciones en las que al margen de descalificar al entonces responsable de Adena en Canarias le culpó de haber llegado al Archipiélago con la intención de hacer una campaña de desprestigio generalizada, que comenzó por el Cabildo pero que se extendió posteriormente al Ayuntamiento norteño y al propio Gobierno autonómico.

Tal y como recoge la prensa de la época en distintas ediciones impresas que reproduce este diario (Lancelot, La Voz de Lanzarote o Isla Informativa), el ahora asesor de CC y Partido Socialista (PSOE) tuvo con estos dos partidos un durísimo enfrentamiento que terminó con graves acusaciones que no pasaron por los tribunales de justicia y que simplemente fueron contrarrestadas por Navío con explicaciones en la prensa. El primero en llamar la atención sobre la actitud sospechosamente hostil que mantenía con las instituciones locales el representante ecologista fue el entonces secretario general de los nacionalistas y alcalde de Haría. Ramírez dijo el 15 de julio de 1998 en una entrevista mantenida con el entonces periódico diario La Voz de Lanzarote que no iba a permitir “bajo ningún concepto” que viniera “a nuestra tierra un godillo” para “intentar cambiar de la noche a la mañana nuestra forma de ser y pensar, y a que algo tan importante como lo que han hecho nuestros mayores, la conservación del entorno, venir a coaccionar a las instituciones, como ya hizo este godillo con el Cabildo y sus representantes a los que dijo que iba a hacer una campaña de desprestigio de la institución, y ahora, parece que le ha tocado al Gobierno de Canarias y al municipio norteño”.

La razón de las llamativas declaraciones se hallaba en la oposición de Navío a que se desarrollara la obra de mejora y ampliación de la carretera LZ-10 en el tramo de subida a Haría. Para el responsable municipal de entonces, más que una lucha por la conservación del territorio lo que pretendía el responsable ecologista era una presión institucional, que en todo caso no funcionó porque la carretera se terminó con los parámetros que habían marcado las instituciones públicas del momento.

Polémica con el Cabildo

Pero la acusación de Juan Ramírez tuvo además un soporte inesperado, una carta que hizo pública el presidente del Cabildo de Lanzarote en la que Navío directamente, y según dijo Pérez Parrilla en todos los medios en los que se le preguntó por el tema, chantajeó a la Primera Corporación insular.

Por citar algún ejemplo, en el semanario Lancelot del 12 de febrero de 1999 aparece una información en su página 57 en la que el periodista Jorge Coll titula “Pérez Parrilla acusa de chantajista a Ezequiel Navío”, subtitulando con que al entonces presidente del PSOE en Lanzarote le parecía “lamentable” que una organización como Adena mantuviera a alguien así como su representante en Canarias. Y no había sido ni una ni dos veces, sino que se había sentido chantajeado por esta persona “en varias ocasiones”, como también explica en sus manifestaciones.

El fondo de la cuestión no deja de ser sorprendente. Pérez Parrilla explicaba que había recibido una carta del ahora asesor en materia del petróleo para socialistas y nacionalistas en la que le hacía una propuesta concreta que evidentemente se negó a aceptar, propuesta que para él suponía el ejemplo más claro de esos reiterados chantajes a los que entendía que le estaba sometiendo. En ella Navío, en palabras del presidente del Cabildo, le escribía que “si cesaba al responsable de los trabajos realizados en las Montañas del Fuego no denunciaría este asunto”. Además de no denunciar las supuestas irregularidades detectadas por Adena en esos trabajos en el Parque Nacional, se comprometía a presentar alegaciones a favor de la moratoria turística que había aprobado la institución el año anterior.

Las obras en cuestión no fueron otras que el asfaltado de los aparcamientos que se encuentran en la zona del Islote de Hilario, en las Montañas del Fuego, obras que posteriormente, con la defensa que hizo la sociedad y sus representantes públicos y empresariales en pleno a excepción de Adena, salieron adelante sin problema. Eso sí, ante la negativa del presidente a destituir al trabajador Navío rompió su “discreción” y presentó en la Fiscalía de Arrecife una denuncia contra el Cabildo.

Por aquel episodio, la guinda de un enorme pastel, el presidente del Cabildo anunció oficialmente que no reconocía a “ese señor” como interlocutor válido de nadie, ni siquiera de la organización ecologista que dirigía en Canarias.

La carta en cuestión, fechada el 26 de enero de 1999, no tiene desperdicio. En el punto tercero de la misma Navío le dice a Pérez Parrilla lo siguiente: “Sirva este escrito para transmitir al Cabildo que WWF/Adena Canarias no presentará alegaciones de ninguna clase en pro de la moratoria mientras la política insular de medio ambiente conceda al Sr. Pascual (Luis Pascual, responsable de la Comisión de la Biodiversidad del Consejo de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote) responsabilidades sobre la naturaleza isleña, o mientras se constaten actuaciones escandalosas como la de Timanfaya”.

Antes, en un primer párrafo, le dice que “te ruego que, al menos internamente, se dé una lección clara para evitar sucesos como éste. Sólo en tal caso, WWF/Adena Canarias respetará su posición de discreción absoluta y de inactividad en la denuncia”. Es decir, como denunció el propio Pérez Parrilla, que si destituía a Pascual, silenciaría las posibles irregularidades detectadas.

Aunque finalmente fue a la Fiscalía, en su carta presumió de haber evitado el tema incluso en una reunión que mantuvo con la entonces ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, con quien habló de asuntos de Timanfaya y no mencionó las obras del Islote de Hilario que consideraba tan graves: “quiero transmitirte claramente que no hemos denunciado este flagrante hecho para demostrarte que nuestra línea de trabajo en esta isla se debe a la capacidad de diálogo, y no a la capacidad de enfrentamiento”.

Quince años después de estos episodios que vienen resumidos pero que ocuparon cientos de horas de radio, muchas imágenes de televisión y no pocas páginas de periódico, los mismos protagonistas se vuelven a juntar, esta vez para trabajar codo con codo en la lucha contra la compañía Repsol.

El asesor del petróleo del Cabildo fue acusado de “chantajista” por el ex presidente...
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