viernes. 29.03.2024

Es Canarias, estúpido

El Gobierno de España está tratando de conseguir ante su homólogo británico corredores aéreos para los archipiélagos de Baleares y Canarias, un negociación que ya ha recibido las críticas injustificadas desde las filas del Partido Popular (PP). Ha sido la Vicesecretaría de Comunicación de los populares la que ha puesto en cuestión que se trate de salvar sólo a ambos archipiélagos de la cuarentena impuesta por Reino Unido, algo que nos interpela a los isleños y nos lleva a recurrir al manual básico que siempre llevamos encima para que se comprenda el hecho insular. Parece que este es el caso.

Ambos archipiélagos estamos físicamente separados del territorio peninsular. Solo esta circunstancia debería ser suficiente para que cualquiera con luces alcance a entender que Baleares y Canarias requieren soluciones singulares. Si mantenemos a raya a la pandemia y nos encontramos entre los mejores registros entre las comunidades autónomas españolas, si nuestras economías, empresas y empleos son altamente dependientes del turismo, y si estamos alejados del foco principal de la pandemia, no tiene ningún sentido someternos a las mismas medidas que el territorio peninsular. Es así de sencillo.

En mi caso, represento en el Senado a dos islas, Lanzarote y La Graciosa, situadas en un archipiélago atlántico en el que concurre su carácter ultraperiférico, además de la fragmentación territorial que caracteriza a Canarias. Parece que los canarios tenemos que recordar a estos conservadores españoles que no se están reclamando privilegios, sino medidas excepcionales para combatir la lejanía y fragmentación, y para tratar de aliviar las devastadoras consecuencias económicas y sociales ocasionadas por la pandemia.

El Archipiélago canario ha tenido un tratamiento diferenciado que reconoce las singularidades canarias desde que España se integró en la Unión Europea (UE), y que viene recogido en los tratados. Las regiones ultraperiféricas son un grupo de territorios pertenecientes a tres estados miembros de la Unión (España, Francia y Portugal) que están separadas por miles de kilómetros y ubicados geográficamente en mares y océanos distintos. Pero tenemos problemas comunes porque nos enfrentamos a dificultades persistentes y combinadas que lastran nuestro desarrollo socioeconómico: gran lejanía, insularidad, reducida superficie, compleja orografía y alta dependencia económica.

Por lo tanto, no estamos ante un capricho, sino en situación de desventaja frente al resto del territorio continental de la UE. Por todo ello, es incomprensible la pataleta del PP con el hecho de que el Gobierno de España quiera una exceptuación para las Islas Canarias en la decisión del Reino Unido de someter a cuarentena a las personas procedentes de España. Así la cosas, parece que los isleños nos vemos en la obligación de recordarle al PP que “no es lo mismo” Canarias que la Península, parafraseando la canción de Alejandro Sanz, por no recurrir a la famosa frase del asesor de Clinton “es Canarias, estúpido” en sustitución de “es la economía, estúpido”.

Es Canarias, estúpido
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