jueves. 18.04.2024

El vecino del quinto

Si usted no puede pagar la luz, se la cortan. Pero aquí cada palo tiene que aguantar su vela. Un nuevo “cero” energético en la isla de Tenerife, producido por una avería en una subestación, ayer. Ha de haber soluciones alternativas, porque es el quinto en una década. Y a mí no me paga nadie el postre que se me descongeló, que no pueda realizar tareas de escribir en mi ordenata y enviar documentos por la internet, o no haya podido pagar mis impuestos a tiempo; ni el tiempo y los nervios de permanecer encerrado durante horas en un ascensor, ni que mi coche no haya podido pasar la ITV, mi teléfono no funcione y no me haya podido comunicar con mi familia; yo, que vivo solo, y además en plena pandemia del coronavirus. Tampoco han podido atenderme en un centro de salud, ni he podido llamar a un taxi, ni me han podido despachar un medicamento en la farmacia. La luz eléctrica lo es todo. Si falta, se paraliza el mundo; y bastante paralizado está ya para que, además, se nos prive del suministro. Por las multas, no se preocupen: se imponen a Endesa y a Red Eléctrica y jamás se pagan, porque se recurren por la vía administrativa y logran rebajarse mucho; y si la rebaja es insatisfactoria se acude a la vía judicial. Y eso son diez o doce años, hasta que la caravana de recursos atraviesa el desierto de la justicia española. Luego el Estado les autoriza una subidita de tarifas y lo que se paga –si se paga— por sanciones se convierte en un negocio para estas empresas. Y, para redondear la faena, cuando un ministro deja de serlo lo mandan de alto cargo a una empresa eléctrica de las grandes y así todo queda en casa. ¿Y quién paga todo eso? Usted, yo, y el vecino del quinto.

Publicado en Diario de Avisos

El vecino del quinto
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