viernes. 29.03.2024

‘Impeachment’ de Twitter

Si Donald Trump, como espero, es sometido a un impeachment (ser destituido del cargo de presidente) lo habrá logrado Twitter, antes incluso que la presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso, Nancy Pelosi, que también ha pedido al Alto Estado Mayor que le retire a Trump los códigos nucleares. Ambas iniciativas –el impeachment y la retirada de los códigos— son lícitas y convenientes, teniendo en cuenta que Trump es un loco peligroso, que paradójicamente preside el primer país del mundo. Además, serviría de escarmiento ante el mundo, a unos días de que tenga que entregar el cargo porque ha perdido las elecciones. Trump es un mal ejemplo para los gobernantes, un populista peligroso, que ha puesto en peligro el viejo pero respetado sistema democrático norteamericano. Que tiene defectos, entre ellos el de no renovarse, pero que era y es un modelo a seguir. La invasión del Capitolio, perpetrada por Trump y su desaliñada tropa, al más puro estilo peronista, podemita y, por tanto, bananero, es impresentable en una democracia que se precie. Ha puesto a los Estados Unidos a la altura de la España de Tejero y de la doctrina de puertas afuera de Pablo Iglesias, que son antitéticas con la democracia. Siempre se ha dicho que los extremos se tocan y el populismo, el de izquierda y de derecha, ha venido a confirmar la vieja teoría. El impeachment es necesario, aunque falten pocos días para el tránsito, porque pondría las cosas en su sitio y demostraría que el poder absoluto no resulta, que está reñido con el de las instituciones democráticas y con el de la ley de leyes, que es la Constitución. Trump ha cruzado las líneas rojas, las viene cruzando desde hace mucho tiempo, y en el libro Rabia, de Bob Woodward, se revelan cosas terribles de un auténtico loco, que ha tenido en su dedo el botón nuclear. Aparten de ahí ese dedo cuanto antes.

Publicado en Diario de Avisos

‘Impeachment’ de Twitter
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