sábado. 20.04.2024

El pezón

Resulta que este país, que ha superado -en parte- la crisis del coronavirus y que está en el 22% de paro (si llega al 30% el país quedaría destruido) ha convertido en trending topic, o poco menos, un pezón que se le escapó a una sobrina de Isabel Pantoja llamada Anabel. Está en todos los digitales que se precien, Telecinco ha emitido convenientemente el pezón y el descuido ha sido jaleado como corresponde por los solidarios compañeros de Anabel en el plató del programa cultural Sálvame. España, la España del ciego Gaudencio y de los reyes que huyen y que cobran comisiones, de la novela picaresca, la Inquisición y las conquistas que pusieron el mundo patas arriba, es así. De un lado, Isabel la Católica vende algunas de sus joyas (nunca se ha dicho a quién, o si las subastó en Ansorena) para costear el primer viaje de Colón; de otro, la sobrina de Isabel Pantoja enseña un triste pezón y el país se pone en pie, enhiesto y obediente. Somos la leche. La contradicción es tal que va a ser imposible hilar con coherencia todo lo que la prensa, la de papel y la otra, nos ofrece con diligente puntualidad. Hay quien pide que un rey emérito se vaya, hay quien ataca al cuarto poder desde el segundo poder, hay quien muere por coronavirus y hay quien enseña un pezón, en un lamentable descuido. Da igual que te trinquen en tetas en una playa, es infinitamente más morboso que te cojan medio pezón al descuido; eso que los paparazzi llaman “un robado”. Nuestras vidas están en las manos de los tertulianos de las televisiones rosa y de los dirigentes cínicos que alientan programas “de rojos y de maricones” (son palabras de los tertulianos, no mías, yo no las comparto; están también recogidas en todos los digitales). Qué bien.

Publicado en Diario de Avisos

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