sábado. 20.04.2024

Andrea Abreu y su "Panza de Burro"

He leído la novela de Andrea Abreu de un tirón. Una vez, a Gabriel García Márquez se le ocurrió decir que uno tenía que escribir como hablaba, sin reglas. Pero se arrepintió enseguida. Lo más audaz que hizo para perturbar el castellano fue La Cándida Eréndira, lo demás fue todo brillante pero escrito en normal. Andrea Abreu es una joven narradora tinerfeña de 25 años, a la que le acaban de publicar su opera prima, Panza de Burro. No creo que le haga falta -para triunfar- no abrir las interrogaciones, ni saltarse preposiciones, quizá para que su cloquío parezca estar más cerca del pueblo; nada de eso. Escribe como los ángeles, si los ángeles escribieran, y ha hilado una historia juvenil preciosa, como tantas que ocurren -supongo- en las medianías, donde todavía existen las brujas y las niñas mean sangre en los canales del agua. Comparto su expresión canaria y acepto –porque las conozco- la totalidad de las palabras de su vocabulario que pertenecen a nuestro pueblo. La novela tiene un ritmo vertiginoso y ella tal capacidad narrativa que parece salida de la escuela de Baricco, aunque Baricco no necesitó de tanta escatología para trazar su ruta de la Seda. Bravo por esta joven escritora tinerfeña, que seguramente acabará en la Academia, por lo menos en la Canaria, aunque a la Canaria sólo le gusten biólogos y economistas, no magos del lenguaje. Celebro esta llegada a las librerías de Panza de Burro (Barrett) y las ediciones que va acumulando. Y celebro que guste en Canarias, aunque para que trascienda me da que Andrea deberá regresar al castellano ortodoxo, porque desgraciadamente nosotros no tenemos lengua desde que los asesinos se encargaron de cargarse la de los guanches. Esta es mi opinión, pero admito otras, claro. Y enhorabuena a la autora.

Publicado en Diario de Avisos

Andrea Abreu y su "Panza de Burro"
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