Le dijo la sartén al cazo. Tú sí que eres hipócrita con todos, mira como has tratado a todos los que se creían tus amigos, a tus afiliados de partido más cercanos, hasta a empleadas de hogar. Siempre con la puñalada por la espalda y la sonrisa troglodita por delante. Qué mal vas a terminar señora ignorante, qué mal.