Dice Licata en parte de su artículo: A pesar de que algunos se acercaron al litoral con pequeños botes para conocer mejor las costumbres de aquellas gentes y el estado de la isla, sin embargo, no se atrevieron a desembarcar. No obstante, de entre los que nadaban, como si se divirtieran cerca de los botes procedentes de la isla, fueron capturados cuatros y llevados a Sevilla. Eran imberbes, de hermoso semblante, desnudos, provistos sólo de unas bandas para cubrir los muslos. Tenían cabellos rubios y largos hasta casi el ombligo. Al dirigirles la palabra en varias clases de lenguas, no comprendieron ninguna. Pero, interrogados por medio de señas, parecían comprender perfectamente y respondían también con señas. De miembros bien formados, no superaban nuestra estatura.
De lo dicho en este párrafo y de otros datos supuestamente históricos, se obtiene que los navegantes que llegaban a Canarias, tanto, italianos, franceses y españoles fueron todos esclavistas que se dedicaban al tráfico de nativos.