El diputado Mariscal es un buen ejemplo de lapa político, sin miras por nadie pero si por su propio futuro personal. De ser del núcleo de confianza de Casado desde que éste llegó a la presidencia del PP, a reunirse en el restaurante El Luarqués, cerca del Congreso, para preparar la carta exigiendo el cese de Teodoro García Egea que precipitó su caída y, después, la del propio Casado.
Recuerda Guillermo, allí se reunieron, Hispán, Garcés, Rojas, Sandra, Jaime de Olano y algunos otros. Qué ironía que la nueva dirección te relevara más tarde por Rojas.
Y esto, de manera resumida y puntual es el PP de hoy en día. Personas capaces de hoy digo y mañana Diego por mantener sus privilegios en cargos públicos y el PP conejero no es excepción. Con estas mimbres no se hace ningún cesto bueno