Desgraciadamente el Gobierno de Canarias tiene razón. Todo puede venir por un emperramiento de la alcaldesa con una antigua propuesta de ella con rehabilitación de Valterra que había conseguido sacar adelante hace años en el Parlamento pero que no se ha podido materializar. Por ello ahora no quiere que nadie pueda pisarle el tema de casas sociales. Ese ego desmedido y la desconfianza que demuestra ante cualquiera que la rodea crea miserias como la que sufrimos.
No sólo hay que echar la culpa a la alcaldesa, también a la manada de asesores impreparados a los que da de comer para mantener su partido tranquilo, aunque al final es ella la única culpable de tal mamandurria en la torre de alcaldía