El aeropuerto César Manrique de Lanzarote ha vivido una estampa este domingo que por desgracia no se veía desde que se inició la terrible pandemia del coronavirus, una enorme cola de turistas esperando para coger uno de los taxis que cubren este servicio en el municipio de San Bartolomé. Y la desgracia viene no porque sea bueno ver a los turistas esperando de ese modo, la desgracia viene provocada por la desesperación del sector turístico después de más de un año de haberlas pasado canutas por el cierre casi total y absoluto de la actividad.
El problema se ha producido principalmente por la tarde, momento en el que varios visitantes se han dirigido a este periódico para denunciar algo que no entendían, no sólo la escasez de taxis en el aeropuerto sino también de coches de alquiler. En la misma jornada, como principio de la lenta recuperación que está experimentando la Isla, se juntó un vuelo de Hannover, otro de Frankfurt, otro de Dusseldorf, otro de Munich y otro de Stuttgart, estos cuatro últimos en un intervalo de tiempo muy pequeño entre las 15.30 y las 16.20 horas.
Según ha sabido este diario de fuentes municipales, no es que los taxistas no supieran que venían los vuelos o que no tuvieran este domingo ganas de facturar y de ganar el dinero que tanta falta les hace a la mayoría. El problema, como han reconocido desde el Ayuntamiento, es que se ha producido un ajuste notable en los turnos de los coches que operan en el aeropuerto, teniendo en cuenta la casi nula actividad que ha habido hasta ahora. Por esa razón las mismas fuentes consultadas han garantizado que este lunes se sentarán para reorganizar los turnos y ajustar un poco más la oferta de servicio a la demanda que se pueda producir con la ansiada llegada de turistas. Todo, como es lógico, dentro de la montaña rusa que es hoy en día el sector turístico y su vínculo más que estrecho con lo que determina la pandemia.
