jueves. 28.03.2024

Antonio Guerra León

Si algo bueno tenemos los verdaderos demócratas -dudando también, no hay que ser petulantes-, si somos verdaderos demócratas, es que muchos de nosotros seguimos poniendo en tela de juicio algunas actitudes de nuestros gobernantes, tanto nacionales como autonómicos, en épocas de elecciones, y que nos parecen por lo menos raras y de baja estofa, en especial las visitas a las naciones donde viven muchos emigrantes españoles (sr. Rajoy y doña Carmen Guerra, insignes figuras de nuestras panorama político actual, aprovechamos la ocasión para recordarles que los españoles siempre hemos emigrado y mucho coño). Por lo tanto, antes de hablar de ese tema, deben admitir que en España no se debe proclamar cosas y modos insultantes para ser indulgentes contra los inmigrantes como han ustedes hecho estos días, y es que “lo que no quieras para ti ni para los millones de españoles que han emigrado para ganarse la vida fuera de su tierra, no lo quieras tampoco para los que llegan ahora a España”. Así pensamos; mejor silenciosos y modositos que están más bonitos, por otras parte cosa bastante complicada. También podemos decir: “¡Por qué no te callas!”

Esas visitas en plan paternalista para recoger votos en las elecciones de toda índole por el extranjero siempre nos han parecido de una hipocresía total. Y más cuando se hacen con dinero público, como todos sabemos. Tampoco concebimos cómo aquellos viejos emigrados aceptan lisonjas y parabienes, aparte de falsas promesas, de personas que tal vez a lo largo de su carrera política han tenido bastante culpa de que tuvieran que trasponer un mal día.

Otra cuestión, tampoco entendemos cómo una población tantos años alejada de los problemas de “la madre patria” pueda ser hasta decisiva en algunos comicios, como puede pasar en Canarias con los votos llegados de Venezuela, donde parece que acuden a las urnas hasta los fallecidos por obra del Espíritu Santo. ¡Milagritos compadre!

Estamos de acuerdo en que todos los españoles tenemos derecho al sufragio, pero también la obligación de pagar impuestos, que según nuestra pobre opinión, es la parte más importante del ciudadano para ser elector y elegido y el summun de todos los derechos democrático para opinar desde las urnas. Lo mismo sabemos que todas estas cuestiones son bastante discutibles, como también que las votaciones se efectúen en lugares no adecuados, cuando tenemos a nuestras embajadas y consulados repartidos por todas partes donde depositar el voto con toda la legalidad que necesita el caso como todos conocemos.

Sobre estas cuestiones electorales quedan muchas opiniones en el tintero que se deben analizar un buen día con objetividad y sosiego, pero antes debemos de poner toda clase de pegas a estas visitas oportunistas y falsas de nuestros candidatos a nuestras gentes de fuera y que nos llenan de vergüenza. Hasta Pronto.

Dudas electorales
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