sábado. 20.04.2024

El Grupo Popular en el Cabildo de Lanzarote ha solicitado a la presidenta del Cabildo de Lanzarote, Manuela Armas, que informe al Pleno sobre el grado de ejecución del proyecto para construir el Centro de Transformación de la Cochinilla. Asímismo, y en el caso de que esto no sea posible, cuáles han sido las medidas que ha tomado la primera corporación insular con respecto a éste proyecto.

El Centro de Transformación de la Cochinilla comenzó en enero pasado los primeros trabajos de construcción para hacer realidad el proyecto que tanto se ha demandado por parte de los productores de este colorante y por los defensores de rescatar este tradicional cultivo.

Las máquinas empezaron en su momento a aplanar el terreno, que se encuentra ubicado en la entrada de Mala, frente al centro de salud del pueblo. Para acometer la obra se cuenta con una inversión inicial de 500.000 euros que aporta el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que entregará 400.000 euros más en los próximos meses.El Cabildo aprobó el comienzo de esta obra, que tenía que ser adjudicada antes de finales de año para poder utilizar la partida presupuestaria adjudicada, el pasado mes de diciembre.

Este proyecto se planteaba como una forma de revitalizar el mercado de la cochinilla, un comercio que depende mucho de su aplicación en productos que se demanden por el público, para lo que es totalmente necesario transformar esta bacteria en colorantes útiles sobre todo en materiales textiles y alimentarios.

“No se trata tanto de utilizar el colorante como de estudiar la forma de aplicarlo en productos diferenciados que se vendan como garantía de calidad”, señalaba el diputado nacional del Partido Popular, Cándido Reguera, en aquel momento. La apuesta del diputado, uno de los promotores de la construcción de este centro, era la de “hacer el mejor producto del mundo” porque “como país avanzado no podemos competir con materias primas, sino con productos muy especializados”.

Por eso, el objetivo que Reguera observa que se debe perseguir con el Centro de Transformación es “más ambicioso” que el de transformar la cochinilla. Así, entiende que se debe trabajar en colaboración con la universidad, de modo que se investigue en “conocimientos” que den salida a este producto en las mejores condiciones.

“Hay que hacer un producto destinado para cada consumidor concreto: farmacia, textiles, cosmética, alimentos...

Hay muchas empresas, luego hay que hacer unos productos adecuados para cada una”, estas son las claves que cree necesarias para “recuperar el cultivo de la cochinilla”. En este sentido, reconocía también que el lugar en el que se ubicaría el Centro podría ser el más propicio si contara con más espacio para crear a su alrededor empresas que se hicieran cargo después del comercio de los productos.

Al fin y al cabo lo que requiere este centro son “laboratorios” con los que experimentar en la aplicación del colorante, por lo que lo importante después es trabajar en su utilización en el mercado. Reguera entiende que se debe además invertir en la maquinaria del Centro, que podría más tarde aplicarse a otros productos como el aloe vera.

En definitiva, el diputado se planteaba “ir más allá” porque lo que ahora mismo se prevé “es aún muy poco”, cuando se puede conseguir “dotarlo económicamente para que una vez que arranque se asiente como un negocio rentable, ya que es un campo muy especializado”.

Ahora habrá que ver si las obras de ese Centro de Transformación de la Cochinilla continúan o se han parado.

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