El ex presidente del Partido Popular (PP) en Lanzarote Alejandro Díaz alegó este jueves indefensión en el encuentro que mantuvo por la tarde en Las Palmas ante el Comité Regional de Derechos y Garantías. Lo hizo en el momento en el que el presidente del órgano disciplinario, Fernando Figuereo, intentó hacerle un interrogatorio al que el político y abogado dijo que no tenía por qué someterse.
Como ya había adelantado este diario, el político lanzaroteño tenía que viajar hasta Gran Canaria para enfrentarse a una reunión del Comité Regional de Derechos y Garantías, órgano encargado de tramitar su posible expediente expulsión. Precisamente fue la palabra “expulsión” la que más sorprendió al parlamentario regional, quien mostró su perplejidad ante este diario después de escuchar a Figuereo decir que estaban allí para expulsarle y no para escuchar su versión sobre lo que ha sucedido en los últimos meses. “Nada más iniciarse el encuentro me dijo que me iba a hacer un interrogatorio, y fue entonces cuando le pregunté que de qué se me acusaba”, explicó Díaz visiblemente molesto después de lo sucedido, alegando además que “en derecho todo el mundo sabe que no se puede condenar a una persona sin escuchar su versión de los hechos, y lo que pretendía hacer este señor es condenarme sin más”.
Alejandro Díaz tiene la sensación de que lo que se trataba de hacer en el encuentro del Comité Regional de Derechos y Garantías no era escuchar por qué había manifestado estar en contra de cuestiones como la no celebración de un congreso tras su dimisión o la creación de una gestora que a su juicio está ejerciendo su mandato de forma ilegal. “De lo que se trataba simplemente era de comunicarme mi expulsión del partido sin escuchar razones”, explicó.
Además, para el ahora díscolo político el presidente del organismo no es precisamente la persona más adecuada para tramitar el expediente, puesto que entre otras cosas “es miembro de la gestora en Lanzarote”.
Todo grabado en vídeo
Una de las partes más tensas de la reunión se produjo cuando el parlamentario regional sacó una cámara de vídeo y anunció que iba a grabar la reunión. “El señor Figuereo me preguntó que qué hacía, y yo le dije que grabar la reunión, a lo que me contestó que no lo podía hacer. En ese momento yo le dije que me indicara en qué parte del reglamento interno figuraba que esas comparecencias no podían ser grabadas”, relató.
La presencia de la cámara de vídeo, lejos de apaciguar los ánimos los encresparon aún más. Tras discutir ambos políticos sobre su conocimiento o desconocimiento del derecho, Figuereo, según la versión de Díaz, se marchó malhumorado y dando un portazo “que a punto estuvo de tirar el marco de la puerta”.
Al margen de esta y otras cuestiones, el ex presidente de los populares lanzaroteños puso en duda la propia legalidad del Comité que se había formado, puesto que siempre había tenido entendido que el órgano disciplinario estaba conformado por al menos diez personas, y al encuentro sólo acudieron cuatro.
