viernes. 29.03.2024

Habría que pedir a la Santa Sede que busque en sus anales si San Ginés dejó escriturado que los que ahora chillan por quedar excluidos de la organización de las fiestas de Arrecife estarían al frente de los reinados, concursos de bailes y demás per seculum seculorum. Sería un buen ejercicio, además, que el Ayuntamiento de Arrecife haga una relación, que supongo la tiene hecha, y desvele las cuentas de los últimos años de las fiestas para conocer los motivos del berrinche, y es que hasta la dimisión del concejal de Festejos han pedido. El debate que le interesa a la gente sobre los Sangineles está referido a las medidas que deben ponerse en práctica para que en adelante Arrecife parezca que de verdad vive por estos días una auténtica fiesta, porque, fuera del Recinto Ferial y de los ventorrillos que rodean al Cabildo, la ciudad parece muerta. Una ciudadana canaria y lanzaroteña, para más inri, hago énfasis en el sitio de nacimiento por si alguno piensa que me lo comentó una extranjera, recordaba con visible nostalgia aquellas fiestas que se realizaban en la zona del quiosco de la música con parrandas van parrandas vienen. “Esas si eran fiestas de verdad”, decía con marcado acento. Y no es que todo tiempo pasado necesariamente tenga que ser mejor porque estoy convencido de que la gente acepta propuestas innovadoras sin echar por la bordar lo propio o ancestral. En todo caso, una cosa es lo que uno o el Ayuntamiento se pueda imaginar y otra lo que la mayoría piense, así que lo mejor es hacer un estudio de marketing, tan necesarios en estos tiempos que corren, para conocer las demandas e implementarlas en la medida de las posibilidades. De esa forma, las fiestas ganarían en calidad y participación. No creo que Miguel Ángel Ferrer, titular de Festejos, renuncie a hacerlo o se oponga al menos a escuchar propuestas callejeras y no solamente las salidas de los despachos. Lo mejor que pueden hacer los “desplazados” de los Sangineles es rogar al Santo Patrón para que dentro de cuatro años gane las elecciones un revuelto de Coalición Canaria y el extinto partido APL para que vuelvan a chupar del bote, aunque este mundo da tantas vueltas que en esta vida casi nada está seguro.

Chupar del Bote
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