viernes. 19.04.2024
José Luis Aparicio, gerente de los Servicios Sanitarios de Lanzarote

"Esta semana en Lanzarote ya empezamos con la vacunas para el grupo 4, los grandes dependientes y sus cuidadores directos”

“Es un grupo muy complejo, muy difícil, porque son unas mil personas y son grandes dependientes, con lo que hay que ir uno por uno y domicilio a domicilio. Ahora mismo en Lanzarote estamos igual que en el peor momento de la segunda ola”
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-“Bajar el nivel de alerta sanitaria a 3 en Lanzarote es una decisión difícil en estos momentos. Si eres muy papista, pues sí, pero si eres un poco más flexible, no, … depende del riesgo que se quiera asumir”

- “En Carnavales la gente se quita la mascarilla, bebe alcohol y comete al final ciertos disparates que en estas condiciones salen más caros que en condiciones normales. Es el problema del riego”

El gerente de los Servicios Sanitarios del Hospital Doctor José Molina Orosa de Lanzarote, José Luis Aparicio, confirma en la entrevista concedida este lunes al programa ‘A buena hora’ de Crónicas Radio-COPE Lanzarote que la administración de la vacuna en la Isla ya ha comenzado la fase cuatro, con lo que esta semana es el turno para las personas mayores con ciertas patologías y problemas de salud crónicas. Aparicio lamenta que el número de fallecidos en la Isla se haya incrementado en esta tercera ola de la COVID-19. Insiste en que, a pesar de que la Isla está comenzando a doblegar la fuerte subida de casos activos iniciada en las pasadas navidades, “la situación sigue siendo mala” y ruega precaución en esta semana de Carnavales en Canarias.  

-Doctor, ¿qué tal está usted? Entendemos que ya agotado después de un año de pandemia, ¿no?

- Sí, sí, bueno, no sólo yo. Todos los sanitarios y todo el mundo ya está algo cansado. Después de un año, cansa, claro.

-Pero seguramente después del mes de diciembre habrá sido lo más duro, ¿no? Estas dos últimas semanas entendemos que han sido muy duras para ustedes, ¿verdad?

- Sí, claro. Lo más duro ha sido sobre todo la cantidad de fallecimientos que hemos tenido en esta tercera ola. Eso quizás haya sido lo más duro. También ha sido duro tener que pedir ayuda al exterior para garantizar la continuidad del servicio. Ha sido un mes intenso, y especialmente duro, áspero, triste y deprimente.

- Vamos con las dudas que puede tener mucha gente. Cuando se solicitó ayuda al exterior y luego se produjeron los primeros traslados, quizás muchas personas podrían pensar que la capacidad de respuesta del Hospital estaba ya al límite. Realmente, ¿por qué tuvieron que solicitar esa ayuda al exterior?

- Bueno, en esta gestión del Hospital debemos tener en cuenta que siempre hay dos factores. El primero son los recursos materiales, donde andamos bien pero tocando madera. Cuando se trasladaron esos pacientes teníamos ya una ocupación en la UVI del 290 ó el 300 por ciento. Teníamos abiertas 30 camas y el Plan de Contingencia contempla que podíamos ir abriendo más camas sucesivamente, hasta llegar a las 50 camas. Esto está controlado, pero nos preocupaba muy mucho el tema de los recursos humanos. Es lo que nos invitó a pedir ayuda. Por ejemplo, los médicos intensivistas en el Hospital de Lanzarote son 8, con cada uno de ellos en tiempos normales haciendo guardias de 24 horas, es decir, 8 guardias al mes. Con esto de tener varias UCIs abiertas, estas guardias pasan a denominarse de dos en dos, con lo que, en lugar de hacer cuatro guardias al mes, deben hacer 8. Además, son todas guardias muy movidas, con muchísimos pacientes y las UVIs llenas. Esto se puede llevar por un tiempo, pero llega un momento en que es impracticable, pues llega el queme del personal y la desmotivación es cuestión de tiempo. Entonces, antes de que eso ocurriera y viendo que la previsión era abrir más unidades, y una cercas de otras y no dispersas, junto al cansancio del resto de recursos humanos, de los intensivistas, de los anestesistas, de los neumólogos y los profesionales de Medicina Interna, todos ellos agotados, fue lo que nos llevó a solicitar ayuda.

- Ha habido muchos fallecimientos en las últimas fechas, pero también ustedes han insistido mucho en que la mayoría de las personas fallecidas por COVID eran pacientes que ya presentaban patologías previas. Con esto también han conseguido no generar alarma, ¿no?

- Sí, son muchos fallecimientos. Con uno solo o dos ya son muchos fallecimientos. A nosotros nos hubiera gustado terminar la pandemia con los 11 fallecidos que teníamos antes de empezar esta tercera ola, cuando ha habido más muertes que en las anteriores olas.  Así y todo, estamos dentro de las estadísticas normales. En el Hospital de La Candelaria, por ejemplo, en Tenerife en su conjunto, con un millón de habitantes, ya tienen 330 muertes aproximadamente en todo lo que llevamos de pandemia. Es decir, que la proporción sigue siendo benévola con nosotros. Aún tenemos una buena proporción aunque, lamentablemente, podríamos sufrir algún que otro exitus más. La mayor parte de los pacientes eran personas muy mayores y con patologías previas. Cuando hablamos de patologías previas, no es necesario que el paciente presente grandes patologías, pero si es una persona de 90 años, con hipertensión o diabetes, tiene mucho riesgo de no sobrevivir. Por eso se usa tan frecuentemente eso de las patologías previas.

- Este último fin de semana ha fallecido una mujer en el Hospital insular y la semana pasada varias personas en la planta COVID del Hospital Molina Orosa. También ha fallecido gente que no estaba ni siquiera en el Hospital, ¿no?

- Sí, el virus este tiene muchas formas de manifestarse. De hecho, cada día en la Comunidad Científica se habla de síntomas y formas diferentes, como las manchas cutáneas o trombosis, y también la muerte súbita. Eso ocurre en todas partes. Se trata de casos de personas que se acuestan con síntomas leves, que no comentan a nadie, pero al día siguiente son encontrados sin vida.  Éstas son las formas peores porque uno no las puede prevenir. A las demás sí les puedes ayudar, pero en estos casos justamente, si no se detectan ni lo comentan, no es posible ayudarles y fallecen por la noche.

- Hablemos de la situación general del coronavirus en Lanzarote. Mucha gente sigue esperando buenas noticias y parece que en las últimas semanas la Isla está doblegando la curva de casos. Ahora mismo con la situación actual, ¿son ustedes optimistas?

- La situación ahora mismo sigue siendo mala por los números. Si hablamos de una incidencia acumulada a 7 días de 178 o de una incidencia acumulada a 14 días de 385 casos por cada 100.000 habitantes, o de tres o cuatro muertos en pocos días, la situación sigue siendo mala. Es cierto que las cosas están bastante mejor que hace dos semanas, cuando teníamos una incidencia acumulada a 7 días tres veces superior a la actual, con 401 casos, y el doble de la actual incidencia acumulada a 14 días, 773. Eso ha mejorado y la curva va para abajo, pero la situación sigue siendo mala por el incremento de los casos, los números y la gravedad, así que, aunque hayamos bajado un buen trecho esa curva, todavía estamos en una zona muy alta de la curva. Por eso hay que seguir adelante con las medidas, que han demostrado ser eficaces. En dos o tres semanas el número de casos se ha reducido paulatinamente. En la planta COVID de casos no intensivos las cosas están estables. Todos los días hay tres, cuatro o cinco nuevos ingresos, pero se compensan con las altas diarias, con lo que siempre solemos tener una media de 28 ó 30. En la UVI es verdad que tras el fin de semana en el que tuvimos que hacer los cambios de traer personal y de enviar a los pacientes fuera, se han quedado las cosas más estables, más tranquilas. Aunque sea a cuenta-gotas, pero de momento se nos ha dado una tregua y parece que están las cosas más tranquilas.

- ¿Le parece entonces exagerado que el Gobierno de Canarias haya mantenido a Lanzarote y La Graciosa en el nivel de alerta 4 sanitaria?

-Es una buena pregunta y yo me alegro mucho de no ser la persona que tiene que decidirlo, sobre todo por las necesidades económicas y la influencia sobre la vida de las personas que conlleva esa decisión. Técnicamente, ahora mismo con los números que tenemos estaría justificada esta fase 4, solo por los números, atendiendo los indicadores de forma fría, matemática y mecánica. Pero es verdad que cuando atendemos a los indicadores, la persona a la que le corresponde tomar la decisión no solo analiza los indicadores, sino también la evolución y el daño que pueda causar la decisión a la sociedad. Por lo tanto, de aquí al jueves a quien le corresponda deberá tomar esa decisión valorando todas esas variables para ver qué le conviene más a nuestra sociedad. Pero es una decisión en estos momentos difícil, porque hace 15 días era obvio, no había otra, pero ahora, si eres muy papista, pues sí, pero si eres un poco más flexible, pues no, … depende del riesgo que se quiera asumir. También es verdad que sería una pena que ahora que vemos tan bien, lo echáramos todo a perder. En cualquier caso, aunque se rebajara a 3 el nivel de alerta, las recomendaciones deberían ser, y son, las mismas, igual, la mascarilla, el lavado de manos, la distancia, … Porque esto no ha acabado ni mucho menos. Ahora mismo estamos igual que en el peor momento de la segunda ola. Pero es que antes estábamos incluso peor que el peor momento de esa segunda ola. Hemos ganado algo, bastante, pero seguimos mal, con lo cual, no hay que relajarse, independientemente de que el Gobierno cambie o no cambie el nivel de alerta el jueves.

-Claro, aparte, el Gobierno lo dijo ya el pasado jueves. Estamos en época de Carnavales, esto es Canarias e indiscutiblemente se ha oído que había mucha gente comprado disfraces. ¿Qué pensó usted cuando oyó esto?

- Pues eso, en riesgo, en peligro, … Ya tuvimos un peligro obvio en Navidades, cuando las 140.000 personas que vivimos en Lanzarote nos reunimos de 10 en 10 o de 9 en 9, todos con todos. El contacto es mayor en Navidades que en Carnavales, pero es verdad que en Carnavales la gente se quita la mascarilla, bebe alcohol y cometa al final ciertos disparates que en estas condiciones salen más caros que en condiciones normales. Es el problema del riego. Si la gente se compra los disfraces y las mascarillas para estar con sus hijos y su mujer, o para estar en el trabajo con una peluca, … eso no hace daño a nadie, pero si es para bailar y cantar sin mascarilla, o darse besos y abrazos y lo que se hace en carnavales, pues es un peligro innecesario, para ellos y para sus familiares.

- Sí, y para las empresas. La última vez que hablamos usted se quejó del retraso en la llegada de las vacunas. ¿Se ha mejorado en algo?

- No, no, todo lo contrario. Hemos empezado a recibir más vacunas la semana pasada y ya el viernes pasado y durante todo el fin de semana hemo empezado a vacunar al grupo 3B, tal y como nos indica la Consejería. La lista del grupo 3B es enorme, pero incluye, entre otros, a Inspección, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, funcionarios de prisión, protésicos dentales, auxiliares de Farmacia, logopedas, personal de psicología clínica, personal de Salud Pública, trabajadores de Instituciones Penitenciarias, … Llevamos todo el fin de semana poniendo vacunas y ya hemos puesto 585. Hoy llegarán más vacunas, de Astrad, y la idea es seguir con el grupo 3, pero intentar simultanearlo con el grupo 4, que está formado por los grandes dependientes que están en casa, y los cuidadores directos. Es un grupo muy complejo, muy difícil, porque son unas mil personas y son grandes dependientes, con lo que hay que ir uno por uno y domicilio a domicilio. Son grandes dependientes y no podemos pedirles que vayan al COVID-Auto, perdón, a Valterra. Con ello, hay que ir uno por uno. En este sentido, como nuestros vehículos son limitados, el Cabildo nos ha cedido, nos ha prestado ocho vehículos, que ya verán por ahí circulando, con vinilos llamativos y poco discretos, pero que también son bonitos. Además de los vehículos, le agradecemos al Cabildo que nos ceda también a los conductores. Uno de los problemas a la hora de diseñar la vacunación de Arrecife era el tema del aparcamiento. Yendo a todos los domicilios no podíamos aparcar tantas veces, con lo que yendo con un conductor, éste puede dar una vuelta o espera al personal sanitario. La eficiencia así es mucho mejor.

- La última vez que hablamos la gente se quejaba mucho de las listas de espera de Traumatología. ¿Se ha mejorado en algo con esas listas?  

- Efectivamente. Ahora mismo el problema principal y el 90 por ciento de la gerencia lo ocupa el coronavirus, pero no lo ocupa todo y hay otras cosas que atendemos, como la lista de espera y los casos de pacientes especialmente delicados. Por ejemplo, Oncología el Hospital de Día nunca se ha cerrado y ha mantenido su personal, cambiando solo los circuitos en función de si hay algo o bajo riesgo. Es verdad que ha habido demora en las especialidades sin alto riesgo. En Cirugía, en el Hospital ahora mismo estamos prácticamente operando solo casos de cáncer. Eso está bien, pero provoca que se retrase la cirugía de otros campos. Estamos aprovechando la ayuda que nos ofrece también Hospitén, para intentar operar en paralelo. Nosotros operamos cáncer, trauma y urgencias y a ellos les hemos mandado otros 200 pacientes para que sean operados allí. Esto es lo que va a hacer que se rebaje un poco las listas de espera.

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