jueves. 28.03.2024

Entre todos hemos contribuido (unos más que otros) a meter una presión terrible al actual grupo de gobierno del Ayuntamiento de Arrecife. Actualmente, si se me permite la comparación, la institución es lo más parecido a una olla exprés que yo recuerdo. Quizás por el hartazgo generalizado que había al saber que habíamos perdido otros dos años y medio, quizás porque ya no estamos en Lanzarote para bromas políticas, lo cierto es que les hemos dado bastante caña. Y lo que les queda.

Ahora bien, hay que contarlo todo. No tiene que ser nada sencillo tomar posesión de un lugar que los anteriores inquilinos dejaron hecho unos zorros, un lugar manchado por todos los poros de sus paredes de tintado cristal por la corrupción que ha anidado dentro durante años. No debe ser fácil estar al frente de un Consistorio donde algunos funcionarios no respetan a los políticos y hasta les chulean, donde ahora cualquier movimiento que se hace es examinado con lupa de treintamil aumentos. No creo que sea plato de buen gusto gobernar en minoría porque han detenido a dos de tus concejales, tratar de sacar asuntos adelante cuando sabes que la oposición te da mil vueltas en el manejo del populismo y la demagogia, que te recuerden constantemente que llegaste al poder con el voto de otros dos concejales imputados en la misma operación a sabiendas de que son los que te critican los que gobernaron con ellos… No, no debe ser fácil.

Cándido Reguera y los suyos están siendo sometidos a una presión que puede llegar a ser insoportable. La presión que ejercen con buenas o malas artes sus adversarios políticos, que utilizan ahora y utilizarán más cuando pasen los meses cualquier cosa para crear un desgaste que contabilice votos en mayo del próximo año. En cierta medida es lógico, desde un punto de vista estratégico. Sin embargo, no debería ser lógico desde un punto de vista de salud institucional. ¿Cuál es el problema para los unos y para los otros? Que sólo queda un año para las próximas elecciones y cualquier cosa que se haga puede inclinar la balanza hacia uno u otro costado. Y ya hemos entrado en la dinámica del todo vale.

El grupo de gobierno de Arrecife llegó a la institución con el viento favorable. Éramos muchos los que pensamos que cualquier cosa era mejor que el Gobierno en minoría de Enrique Pérez Parrilla. El tema no era otro que buscar una fórmula que sustituyera el fracasado pacto PSOE-PIL que tan funesto resultado dio. Esto, aunque parezca que sucedió hace mucho tiempo, pasó hace ahora medio año. Medio año en el que ha habido grandes logros y tremendas meteduras de pata. A mi juicio, uno de los grandes errores que ha cometido el actual grupo de gobierno es que ha querido hacer demasiadas cosas en muy poco tiempo. Ya sabes, vísteme despacio que tengo prisa. Esas ganas por querer agradar han llevado al alcalde a caer en el pecado del exceso. Ya sabes, lo poco agrada y lo mucho enfada. Su afán por querer demostrar que está haciendo cosas le ha llevado a pasarse de fotografiado, lo que me consta que ya ha captado y va a corregir.

Su primer pecado fue sin duda el de los sueldos, el de organizar aquel lío monumental entre lo bruto y lo neto que hizo pensar a mucha gente que se estaban subiendo el sueldo incluso por encima de lo que cobraban sus antecesores, lo que, como se ha demostrado, está bastante lejos de ser verdad. El siguiente gran error de Cándido y los suyos ha sido a mi juicio el lío de las guaguas. En manos de la oposición, este es un Morro Angelito más. Políticamente es de una torpeza supina meterse en un jaleo del que van a salir malparados se ponga Lorenzo Lemaur como se ponga. Lo más sensato sería aparcar el asunto para el siguiente mandato, y entonces, si hay suerte y conseguimos tener un Gobierno que dure los cuatro años de rigor, hacer las cosas con calma y con cabeza, sobre todo con cabeza.

El otro talón de Aquiles de esta gente lo tienen en los asesores, o personal de confianza, como le gusta más decir al alcalde. Caen sistemáticamente en la trampa que les tienden algunos miembros de la oposición cuando incluyen dentro de los asesores a los secretarios y secretarias de cada grupo político, a los dos concejales del PSOE que comparten liberación después de expulsar a la auxiliar administrativa que debería estar en su lugar y al gabinete de prensa. Lo del gabinete de prensa clama al cielo, porque Cándido Reguera es incapaz de explicar que con mi compañera Paqui se están ahorrando un pastón, no sólo porque es una magnífica profesional que hace más notas y más fotos que otros gabinetes en los que trabajan cuatro o cinco personas sino porque está contratada de forma directa, al contrario de lo que hizo el pacto PIL-PSOE, que contrató a una empresa que a su vez contrababa a una periodista que a su vez contrataba a un fotógrafo para sacar las imágenes del Consistorio. En la calle esto no ha quedado, ha quedado más el discurso del millón de euros y de la cantidad de enchufados que hay en la actualidad.

Explicado lo malo, tengo que decir que también se han hecho cosas buenas, aunque las cosas buenas se tienen que hacer por obligación, las malas no. Es decir, los políticos no están ahí para que los periodistas les riamos las gracias, y mucho menos para que les felicitemos por hacer bien su trabajo. Están ahí para representar a los ciudadanos que les han votado y a los que no lo han hecho con el objetivo de gestionar lo más honrada y honestamente posible su dinero.

Ahora en la olla exprés se ha metido otra polémica para guisarla a fuego lento, la del concierto de Alejandro Sanz. Por falta de espacio no explico lo demagógicos que resultan algunos comentarios, los mismos que no se hicieron cuando se trajo a Juan Luis Guerra por más dinero y dejando que todo el mundo lo pudiera ver gratis en la playa del Reducto. Si recomiendo que se olviden también de este asunto y lo dejen para otra ocasión mejor alguien va a pensar que soy del grupo de los inmovilistas interesados, esos a los que les interesa que no se haga nada, porque en la nada viven como vivían los curas antiguamente. Por eso no lo voy a hacer. Ahora, sobran tantas explicaciones y hace falta un poco más de sensatez.

P.D.: Curiosa la oferta que le ha hecho Manuel Cabrera como vicepresidente del PIL a Mario Pérez como vicepresidente de CC en Crónicas Radio: una lista conjunta al Parlamento. ¿Se fiará otra vez CC de la propuesta de los independientes o pensará que hay gato encerrado? La reedición del pacto PSOE-PIL en Lanzarote está descartada, aunque cosas más raras se han visto. ¿Qué otras vías de alianza se pueden explorar, quién se va a quedar en fuera de juego y con un pie cambiado?

La olla exprés
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