sábado. 20.04.2024

Los críticos con la falta de regulación del sector de la telefonía móvil se lanzarán a la calle este sábado en Las Palmas de Gran Canaria para exigir que las antenas se emplacen a 650 metros de las zonas pobladas y que la emisión que proyecten no superen los 0,01 microvatios. La protesta la organiza Atemo, un colectivo que ha tenido especial relevancia en la capital, hasta el punto de conseguir que el Ayuntamiento dictase una moratoria en la concesión de licencias hasta promover una nueva normativa, aunque con escaso éxito, según la asociación.

La asociación de Afectados por la Telefonía Móvil (Atemo) convocará a sus seguidores y a toda la ciudadanía en general este sábado en la sede de Presidencia del Gobierno, donde la comitiva se concentrará para iniciar un recorrido hasta el Ayuntamiento.

Juan de la Barreda, vicepresidente de Atemo y médico de profesión, explicó este lunes a ACN Press que el objetivo principal del acto es el apoyo a la Declaración de Friburgo, un acuerdo en el que participan miles de profesionales de la medicina y que recoge varias limitaciones adoptadas por la UE en su Carta Magna, como el citado principio de precaución de 650 metros, "y no de sólo 58, como acepta el Gobierno de Canarias", indicó.

Según De la Barreda, las consecuencias de la telefonía móvil están alcanzando tal grado de descontrol que dentro de la propia profesión médica son cada vez más las voces que se pronuncian en contra de la proximidad de estas antenas de los núcleos de población.

"En Canarias hay muchos médicos que recomiendan a los enfermos que se alejen de las antenas, pero no lo dicen públicamente, no sé si porque tienen miedo a las operadoras [de telefonía]", afirma el vicepresidente de Atemo. En todo caso, De la Barreda considera que estas empresas sí ejercer su "enorme poder" sobre las administraciones públicas, hasta el punto de que el Ayuntamiento no ha sido capaz de cumplir con la moratoria a las licencias de este tipo de instalaciones,en vigor desde finales de 2007.

"La moratoria no se cumple", afirmó Juan de la Barreda, quien puso al menos tres ejemplos, "dos en Tafira y uno en Guanarteme" de nuevas antenas colocadas en el municipio de forma irregular. Como prueba, el vicepresidente de Atemo mencionó el caso del patio de los Siete Lagares, donde se desmanteló uno de estos emisores por ilegal, "y hace poco se instaló otro en la cada de los Jesuitas [justo enfrente], y sigue ahí aunque nosotros lo hemos denunciado a la policía".

Telde también se moviliza

Los vecinos del barrio de La Majadilla protagonizarn este lunes, entre las 19.00 y 21.00 horas, una concentración en la calle de María Luisa, a la altura de la vivienda donde se ha instalado una antena de telefonía móvil que, según Eduardo Pérez, presidente de la AV San Ignacio de Loyola, “carece de los permisos pertinentes y por lo tanto es ilegal”, según informa Teldeactualidad.

El barrio está lleno de pancartas en contra de la colocación de este dispositivo, instalado en un inmueble de la calle de María Luisa donde vive una destacada militante de Nueva Canarias.

Un total de 400 firmas lleva recogida el colectivo entre los vecinos para exigir al Ayuntamiento que obligue a desmontar esta antena, camuflada como si fuera una chimenea, “porque es conocido por todos, según la opinión de muchos expertos, los prejuicios que este tipo de instalaciones tienen para la salud de las personas cuando se sitúan cerca de la población, que es el caso que nos ocupa, es por ello que los vecinos de este barrio estamos totalmente en contra de la instalación de esta antena y de cualquier otra que se haga cercana a las ciudadanía y por lo tanto pueda afectar la salud de la comunidad”.

Declaración de Friburgo

La Declaración de Friburgo, de la que participan miles de médicos, señala entre otras enfermedades derivadas de la proximidad de una antena de telefonía a las personas, la aparición de trastornos en la capacidad de aprender, de concentrarse y del comportamiento en los niños, descontrol de la presión arterial, que cada vez resulta más difícil tratar con medicamentos, trastornos en el ritmo cardíaco, infartos y apoplejías en personas cada vez más jóvenes, enfermedades cerebrales degenerativas y epilepsia; así como cánceres como leucemia y tumores cerebrales.

Además, el mismo documento recoge síntomas como dolores de cabeza y migrañas, cansancio crónico, inquietud interna, insomnio y cansancio diurno, zumbidos en los oídos, inmunodeficiencias, y dolores neurológicos y de tejidos blandos que no resultan explicables por las causas habituales.

Como alternativas, los médicos adheridos a esta declaración proponen nuevas técnicas de comunicación compatibles con la salud y una valoración independiente de sus riesgos. Así, como "medidas inmediatas de transición", los profesionales plantean la reducción masiva de los límites, de las potencias de emisión y de la irradiación por microondas, congelar el desarrollo de la tecnología actual de la telefonía móvil, y permitir a la población y los municipios a participar en la colocación de las antenas.

Los seguidores de la Declaración de Friburgo reclaman también que se informe a la población "y sobre todo a los usuarios de teléfonos móviles", de los riesgos sanitarios de los campos electromagnéticos, y la prohibición del uso de teléfonos inalámbricos y móviles en guarderías, colegios, hospitales, residencias de ancianos, actos públicos, edificios públicos y transportes públicos de manera análoga a lo que se ha hecho con el tabaco, entre otras reivindicaciones.

Los afectados por la telefonía móvil saldrán a la calle a manifestarse
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