El concejal de Playas de Teguise desvela que fueron los socorristas de la Playa de Las Cucharas, en Costa Teguise, quienes encontraron el pasado 5 de enero los restos orgánicos que podrían pertenecer a Romina Celeste Núñez y quienes avisaron a la Guardia Civil diez días después, cuando trascendió a la opinión pública la búsqueda de los restos del cuerpo de la joven paraguaya desaparecida el día de Fin de Año.
Eugenio Robayna ha manifestado en Crónicas Radio-COPE Lanzarote que en un principio los socorristas supusieron que el hallazgo correspondía a pedazos de un pez grande y que fue tras la noticia de la desaparición de la joven cuando pensaron que podían ser restos humanos.
"Ocurrió en la playa de Las Cucharas el pasado 5 de enero. Los socorristas me informaron como responsable de Playas. Pensaron que eran restos de un tiburón o un delfín y por eso, de manera inocente los botaron no a un contenedor de basura orgánica, sino a un contenedor de obras que hay donde tenemos el puesto de socorristas", ha indicado Robayna en el programa 'A buena hora'.
Esta información ha estado bajo secreto de sumario hasta este miércoles y ahora habrá que esperar a saber el resultado del análisis forense que la Guardia Civil ya ha encargado a los juzgados de Arrecife, donde han sido trasladados los restos hallados.
La Guardia Civil acota las zonas de rastreo marítimo
Desde el Instituto Armado, por su parte, confirman que desde este jueves está previsto que se realicen inmersiones junto a la zona donde se hallaron restos biológicos, en radio que comprende el litoral del noreste de la Isla, desde la citada playa de Las Cucharas hasta la zona de Los Ancones.
Concentración en Tahíche
El análisis del ADN será clave para esclarecer el asesinato de la joven paraguaya, por cuya desaparición se ha celebrado precisamente este jueves, a las puertas de la prisión de Tahíche, un concentración apoyada por las asociaciones feministas del 8-M, además de por Mararía y Tiemar.
En dicha cárcel está ingresado desde el miércoles de la semana pasada Raúl Díaz, el esposo de Romina Celeste, detenido tras denunciar ante la Guardia Civil la desaparición de la joven una semana después, y tras el pinchazo telefónico de la Benemérita, que logró conocer cómo este ingeniero madrileño de 41 años confesaba a un primo militar en la Península que trató de quemar el cadáver de la paraguaya sin éxito para luego deshacerse de los restos del mismo por el litoral lanzaroteño con la ayuda de un vehículo de alquiler.
