sábado. 20.04.2024
El testimonio de los que dejaron las Islas para buscar un futuro mejor narra el pasado emigrante de Canarias en seis documentales

Los emigrantes canarios imparten una lección de historia en los institutos

El proyecto “Historia de las migraciones canarias. Conocer el pasado para entender el presente” quiere servir como herramienta didáctica para entender la historia del Archipiélago y para transmitir unos valores de tolerancia que ayuden a la integración de los que ahora llegan a las costas isleñas en busca de nuevas oportunidades

FOTOS: DORY HERNÁNDEZ

Como una historia que se repite Juan despide a su hijo que parte en busca de un futuro mejor. Es uno más de los que ha visto derrumbarse ante la falta de oportunidades laborales y la decadencia de la vida cotidiana, que fue mermando el ánimo de muchos de los que le rodeaban y a los fue perdiendo en terminales de aeropuertos con la promesa de que volverían en pocos meses.

Ríe para sus adentros recordando como le repetía algo parecido a su madre hace ahora más de cincuenta años mientras embarcaba en el Telémaco con el que cruzó el océano hasta Venezuela, la ciudad en la que formó familia y que hizo suya desde que pisó el puerto de La Guaira.

Ahora entiende lo que debió sentir su familia, sus padres y hermanos, cuando siendo un adolescente decidió dejar el Archipiélago para buscar al otro lado del océano un trabajo que dio de comer a muchas bocas en el hogar que abandonó.

Cuenta que se embarcó en una pequeña nave sin tripulación en la que compartía espacio con más de 300 “pasajeros”, y se sorprende cuando le contestan que ahora llegan a Canarias embarcaciones parecidas. “Esas cosas ya no pasan”.

La historia de Juan no es más que un ejemplo de las miles de historias de vida que duermen en países como Venezuela, Cuba, Argentina, Uruguay, Santo Domingo o Estados Unidos a la sombra de los hogares que construyeron los canarios que emigraron a América en los 50 ante la miseria que se vivía en las Islas después de la guerra civil. Son historias que se han ido perdiendo en el tiempo y que recuerdan demasiado a las que ocupan los titulares de la prensa en los últimos años.

Demasiadas coincidencias como para dejar escapar la certeza de que “los pueblos que olvidan su pasado están condenados a repetirlo”. Esta es la premisa sobre la que se ha diseñado el proyecto “”Historia de las migraciones canarias. Conocer el pasado para entender el presente”, una iniciativa que parte desde la Consejería de Promoción Educativa del Gobierno de Canarias.

Los alumnos de los centros de enseñanza secundaria de Canarias tendrán la oportunidad de recorrer la historia de las migraciones canarias a través del testimonio de sus protagonistas, que desde sus hogares a miles de kilómetros de distancia les contarán por qué decidieron dejar su lugar de nacimiento, a sus familias y toda su vida, cómo se adaptaron y cómo sienten los corazones divididos entre la patria perdida y el arraigo a la tierra que les acogió y en la que formaron una nueva vida. Seguro, las palabras de los protagonistas de los seis documentales proyectados en clase les recuerden a las que les narró algún compañero de clase de padres colombianos o marroquíes, o tal vez escucharon algo parecido a la nueva familia que llegó desde Ecuador hace unos meses y que se ha instalado en el piso de al lado.

Un testimonio atemporal

La educación es la base de los cambios de la sociedad. Son los jóvenes los que se harán con las riendas del mundo dentro de unos años, y para ello es necesario que conozcan la historia de la humanidad.

Indiscutiblemente la inmigración copa buena parte de conversaciones y noticieros, una realidad que se presenta ante las mentes jóvenes de forma sesgada y limitada si no se contextualiza y refuerza con la historia de las migraciones.

Este es el cometido que intenta cumplir el proyecto “Historia de las migraciones Canarias”, que se ha propuesto servir a partes iguales como herramienta pedagógica para aprender historia a la vez que transmite valores imprescindibles para la integración como la tolerancia.

El testimonio de los emigrantes canarios se entrelaza con la narración de la historia desde la conquista de Cristóbal Colón hasta la actualidad.

La guerra civil española, la miseria que dejó en las Islas, las estratagemas que siguieron los que querían viajar de forma clandestina a los países que en aquel momento eran la tierra de las oportunidades y los que hicieron negocio de esta necesidad, forman parte de la historia de Canarias.

El mundo se ha vuelto ahora del revés y con tan sólo cambiar lugar de origen y de destino se puede dibujar una realidad parecida para los inmigrantes que llegan hoy a las costas canarias en busca de una puerta de entrada al continente europeo en el que les han prometido el trabajo, la prosperidad y la libertad que no se les dan en donde han nacido.

La realidad en el siglo XXI

A principios de este siglo se contabilizaban en Venezuela 750.000 isleños de primera y segunda generación.

Muchos de ellos están intentando volver a Canarias ante la mala situación que vive el país. Lo mismo ocurre en otros lugares como Argentina o Cuba, que recibieron a los canarios que ahora intentan regresar.

Según los datos de 2003, son 179.493 los extranjeros residentes en Canarias, lo que constituye el 9,4 por ciento del total de la población canaria.

Los que consiguen dar el salto y dejar todo atrás se encuentran a este lado del Atlántico con algo parecido a lo que se encontraron los canarios al llegar a América. Son recibidos en una tierra a la que ya han llegado muchos antes que ellos, con el consecuente choque cultural que esto implica. Pero, como ocurrió con los canarios en América, el paso del tiempo lo normaliza todo y la integración termina triunfando si los nativos lo permiten.

Por ahora, en Canarias todos parecen recordar que esta realidad existió, pero inexplicablemente el término emigrante sigue impregnado de un tinte positivo, casi de orgullo, que se torna incluso despectivo para la denominación de inmigrante. Los canarios se vieron forzados a dejar su tierra para buscar un futuro mejor y lo consiguieron, ahora le toca al pueblo canario permitirle esta prosperidad a los inmigrantes que buscan el respaldo de la bonanza que muchos consiguieron con el trabajo de "sus propios emigrantes".

Los emigrantes canarios imparten una lección de historia en los institutos
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