viernes. 29.03.2024

José Luis Rodríguez Zapatero ha insistido por dos veces este martes en que el Gobierno no tiene intención de intervenir para frenar la posible compra de un 30% de la petrolera Repsol YPF por la rusa Lukoil.

"Creo que en la economía hay que intervenir lo justo (...) Descreo en el proteccionismo; es un elemento de retroceso. Nuestro país va a seguir siendo un país para la inversión extranjera", ha dicho este martes.

Aunque el jefe del Ejecutivo no se ha referido explícitamente a la entrada de la rusa en la compañía española, sí ha sido muy claro sobre su posición y la del Gobierno sobre las posibles inversiones extranjeras en nuestro país. "España va a seguir siendo un país muy atractivo para la inversión extranjera", ha insistido el presidente.

En la misma línea se ha expresado poco después en la rueda de prensa tras la reunión con el presidente de Panamá. Zapatero ha descartado "cualquier intervención" en la petrolera y ha asegurado que "los problemas o cambios empresariales tienen que tener soluciones empresariales". Esto no quiere decir que el Gobierno no vaya a respaldar a Repsol, según ha dicho el presidente, ya que en su idea de "defensa del interés general" defenderá a todas las empresas españolas, pero "dejando a las empresas que trabajen".

En concreto, Lukoil, la segunda mayor petrolera rusa y de capital privado, estaría interesada en comprar la participación del 20% de Sacyr Vallehermoso puesto en venta, así como un 10% adicional en manos de otros accionistas.

La postura expresada este martes por Zapatero supone un cambio con respecto a la política de inversiones de los últimos años. Hay que remontarse al año 2006 para ver este cambio, cuando el propio presidente vetó la entrada de Lukoil en Repsol y propuso a Sacyr como alternativa.

Las palabras del jefe del Ejecutivo se contradicen con las de su ministro de Industria, Miguel Sebastián, que este lunes aseguraba que prefería que hubiera "empresas estratégicas españolas" y "queremos que Repsol sea española".

La fórmula que negocia el grupo ruso y las entidades financieras es beneficiosa para estas últimas y libra, al tiempo, a Lukoil de tener que lanzar una costosa Oferta Pública de Adquisición de acciones (OPA). Al precio que maneja tendría que desembolsar más de 30.000 millones de euros para hacerse con el 100% de la petrolera, mientras que, evitándola, sólo asumirá 10.000 millones por el control.

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