jueves. 28.03.2024

A Loly Luzardo, todavía presidenta de la inagotable gestora que dirige los destinos del Partido Popular (PP) en Lanzarote, no le matan balas. Ella lo escucha todo, lo lee todo, y pasa de todo, incluso de lo que puedan decir u opinar los parlamentarios autonómicos o regionales que de vez en cuando tiene a su alrededor. No sabemos si pasará también de las pretensiones de Juan Ramírez Montero, el ex alcalde de Haría, que está en estos momentos bastante ocupado con su regreso a la política activa y permanentemente con la lupa en ristre mirando el ordenamiento urbanístico del municipio norteño que durante tantos años dirigió, todo después de que Pepe Torres, el actual inquilino de la Alcaldía, dijera que no se va a aprobar, cuestión que no entendemos; no entendemos que supiera que el documento del Plan General no va a pasar el filtro de la Comisión de Ordenación del Territorio y del Medio Ambiente de Canarias (COTMAC) y que sin embargo lo enviara para Las Palmas, porque para semejante viaje no hacían falta tantas alforjas... Pero volviendo a lo de Doña Loly, alguien nos contó que es cierto aquello que ya dijimos de que tiene más que amarrado el lote que se va a presentar a las elecciones en Lanzarote. Aunque algunos se empeñen en hacer otro tipo de quinielas, su “grupito” será el que se lleve el gato al agua. Ella irá o al Cabildo o al Parlamento, de número uno, claro; Don Cándido Reguera también, y Don Francisco Cabrera será la primera espada en Arrecife. Lo que no sabemos, con perdón, es dónde coño irá el Vinagre y la Rutilante Estrellada. ¿Habrá hueco también para ellos?

Y DOÑA LOLY TAN CAMPANTE
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