martes. 16.04.2024

Fotos: Jose Curbelo

Viudas, mascaritas y personas muy poco piadosas lloraron este miércoles desconsoladas en el Entierro de la Sardina. Llegó, por tanto, el día del triste adiós y quedaron atrás varios días de desenfreno y de culto a don Carnal en la capital. La comitiva partió de la Escuela de Pesca a las 18.00 horas y finalizó en el Parque, frente al Cabildo, con la quema de la Difunta Sardina y un espectáculo de fuegos artificiales.

Tras ella, una riada humana vestida de negro y lila, colores que simbolizan el respeto y el duelo de un pueblo, el de Arrecife, unido ante tal terrible circunstancia. Se pudo ver también mucho antifaz negro, sombreros con velo, gafas negras que disimulaban el llanto por tan irreparable pérdida y mucho desmayo y gritos de desconsuelo y desesperación.

Las viudas partían juntas cogidas del brazo, balbuceando su deseo de que este año pasara pronto para poder volver a disfrutar del Carnaval y de su alegría e imaginación.

Sin embargo, la gente, aún sumida en la más profunda de las tristezas, no faltó al tradicional Baile de Máscaras que se llevó a cabo esa misma noche en los aparcamientos de El Almacén y en el Parque Ramírez Cerdá. Algunos proseguían de riguroso luto, otros llevaban un atuendo informal y otros vestían de Carnaval. Allí la música de las verbenas y de los pincha discos alivió un poco tanta desolación.

En el interior de El Almacén se coordinaron dos disc-jockey. La decoración de este año corrió a cargo de Sergio Molina. En el exterior once chiringuitos y una verbena le dieron marcha al menos animado.

A partir de hoy se tiene previsto desmontar los decorados carnavaleros cuya alegoría recayó este año en “El libro de la Selva”.

Este año se optó por una alegoría de El Libro de la Selva

Los actos organizados tuvieron su centro neurálgico en el Recinto Ferial y el diseñador elegido en esta edición fue César Corujo. Mucha vegetación, animales y hasta recreaciones de templos de la India fueron los elementos fundamentales de la composición. El cartel fue presentado el pasado 20 de diciembre en La Recova de Arrecife por autoridades consistoriales como la alcaldesa de Arrecife, María Isabel Déniz, y por el propio creador, David Morales, quien aseguró haber huido del lado más infantil de la obra para adentrarse en su lado más “bestia” o “de jungla”.

Tras esto, comenzaron una serie de actos previos al Carnaval, como la visita de la alcaldesa a las candidatas a Reina del Carnaval y la visita a las murgas en sus respectivas sedes, quienes obsequiaron tanto a la primera edil como al resto de autoridades consistoriales con canciones de su repertorio. El lunes, el martes y el miércoles de la semana pasada se caracterizaron por llevar a cabo la primera, segunda y tercera fases del XVIII Concurso de Murgas.

Actuaron “Las Revoltosas” y el “Trío Zapatista”. Luego, la elección de las reinas de la Tercera Edad, Infantil, del Carnaval y Drag Queen, sin faltar las polémicas declaraciones realizadas a este medio del diseñador Willy Díaz, exponiendo que las letras de una determinada murga tenían tintes homófonos.

Pero llegó el día más esperado, Arrecife se rindió en la tarde noche de este lunes ante don Carnal. El coso carnavalero, ubicado en la Vía Medular, se convirtió en un hervidero de mascaritas, carrozas, murgas, comparsas, batucadas y espontáneos ansiosos por disfrutar de la que ya es considerada la fiesta por antonomasia de Canarias, la fiesta de fiestas, y Arrecife no podía ser menos. Los participantes, vecinos de la capital y visitantes de todas partes de Lanzarote, se entregaron durante una noche al divertimento y la enajenación.

Por lo menos, por parte de Arrecife, los Carnavales se despiden hasta el año que viene.

Viudas, mascaritas y personas muy poco piadosas lloran desconsoladas en el Entierro de...
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