El Juzgado de lo Social Número 1 de Arrecife ha dejado este miércoles visto para sentencia el juicio por el despido del ex gerente de la empresa Urbaser, Jacinto Álvarez, que estuvo desempeñando sus funciones en la multinacional adjudicataria de los servicios de limpieza, parques y jardines en el municipio de Arrecife hasta el estallido de la Operación Jable, la segunda fase de la Operación Unión, desarrollada en la isla de Lanzarote por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y por el Juzgado Número 5 de Arrecife.
La acusación particular pidió que el despido del ex gerente de Urbaser en Lanzarote sea considerado improcedente, mientras que la defensa de la mercantil solita exactamente lo contrario, su procedencia.
La vista oral, que comenzó a las 11:00 horas y se extendió hasta las 15:30 horas, contó con la citación de hasta 19 testigos, todos ellos presentados por la empresa, aunque no todos se presentaron. Todos estos empleados de Urbaser argumentaron que el ex gerente había defraudado a la empresa atribuyéndose días laborales de más, aunque quedó claro que estas certificaciones tenían que ser firmadas por otros seis empleados, entre ellos la secretaria que, curiosamente, no fue llamada a testificar este miércoles por la compañía.
Por su parte, el abogado defensor, Andrés Barreto, sostuvo que era la primera vez que se encontraba en un juicio en el que el gerente, según la empresa, estaba haciendo moobing laboral a los trabajadores, cuestión de la que casualmente no se habían dado cuenta hasta que se destapó el caso Unión. Además, agregó que durante los años en que Jacinto Álvarez estuvo al frente de Urbaser no se produjo ni una sola queja sobre su gestión, ni se le abrió ningún tipo de expediente.
Se da la circunstancia, además, de que la empresa presentó, justo antes de despedir a Álvarez de Urbaser, una querella en su contra. Cabe recordar que con la apertura de la Operación Unión y Jable, el diario La Provincia desveló el contenido de una libreta con anotaciones del ex gerente en el que éste explicaba cómo se negaba sistemáticamente a hacer pagos a políticos y funcionarios, pagos que luego, según se recogió en esa información que consta dentro del sumario de la Operación Unión, se efectuaban en Madrid.
En esta parte insistió especialmente Barreto en su discurso final, en lo casual que resulta que justo después de que se diera a conocer públicamente esa valiosa información para la investigación del caso el gerente fuera despedido de la empresa.