Solemos pasar las vacaciones en un pueblo de la Costa Brava, que creo que no es el único con la problemática de la vida nocturna de la que somos víctimas los que no participamos de ella. La profusión de bares y discotecas es el reclamo para una juventud que vive de noche y duerme de día. Los perjudicados de diha movida diaria somos los que queriendo dormir siguiendo el ritmo biológico normal, se nos altera a las cuatro de la madrugada cuando cierran y los jóvenes se quedan por las calles y plazas con un contenido etílico importante que les lleva actuar como salvajes.
La solución al problema no la tengo y supongo que los alcaldes de dichos pueblos tampoco la tienen, porque sería de esperar que trataran de ponerla en práctica. Pero es lamentable el panorama, ya no sólo porque no nos dejen dormir, sino el ver cual es el sentido del ocio y de la diversión que tiene la juventud. Pensemos que en manos de ellos estará la responsabilidad del pais en un futuro próximo.
