viernes. 29.03.2024

1.- El pasado lunes, día 24 de noviembre, fue uno de los peores días de mi vida, pero no me pregunten por qué. Acaso porque tuve que romper la hucha para seguir tirando, acaso porque me regalaron un Iphone 6 y no podía meterlo a camino, acaso porque las perritas yorkshire se me alborotaron y me hicieron un patiñero en mi casa, acaso porque me enfadé con mi santa, qué se yo. A medida que el día iba avanzando la cosa se fue arreglando, pero a uno le queda de todo esto un mal sabor de boca y la sensación de que le va a salir a uno todo mal. Y mira que yo, como mi padre, paz descanse, soy el paradigma del positivismo y del optimismo, que vienen a ser casi lo mismo. Toma rima. Por la noche, cuando me intenté dormir, me despertó un estruendo y los ladridos de "Mentecata ". Era el camión de la basura que causaba estragos en los contenedores. Así que me desvelé y ya fue imposible conciliar el sueño hasta bien entrada la madrugada. Como siempre.

2.- A causa del cansancio, me amodorraba y empezaba a soñar despierto; un sueño la mar de absurdo. Soñé que no podía poner la cabeza en la almohada porque alguien me la quería cortar allí mismo. Con tan tremenda premonición me enfrenté al martes con la certeza de que alguien quería mi cabeza, quizá alguna Jezabel que la confundió con la del Bautista y quería arrebatármela a fuerza de machete. Cuando pude apartar de mí el sueño era casi por la mañana, o sea que dormiría tres horas. Unido al estrés del día anterior, me levanté hecho polvo y afronté un martes muy atareado. Caí por la noche como un saco.

3.- Esta especie de diario íntimo quizá no interese a nadie, ni mis sueños tampoco, pero yo voy y los cuento. Parece que ahora gesticulo y echo discursos por la noche, dormido. No sé, son días de cierta inquietud, quizá porque he estado viendo los telediarios y yo asocio las jetas de los presentadores con las noticias de corrupción y a mí la corrupción me da patadas en la barriga. También me dice un amigo que un mariconcillo del sur, un escritorito que se ha llevado Juancho a América, me ha puesto a parir en Facebook. No le gusto como escribo ni lo que escribo, así que lo mejor que puede hacer es irse a tomar por retambufa y dejarme en paz, que ya estoy mayor para soportar las tarascadas mariconas de una histérica. Ay.

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Uno de los peores días de mi vida
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