jueves. 25.04.2024

Con los estudios realizados y concluidos, los inversores e intermediarios guardan espera. Que Lanzarote tenga una piscifactoría tan sólo depende de que la Política Territorial del Cabildo insular declare de interés general el proyecto que ya ha sido presentado. “Es un plan que gestaron y encargaron unos fuertes inversores alemanes, es muy ambicioso y beneficiaría a Lanzarote y a toda Canarias”, aseguró el pasado lunes en Crónicas Pablo Betancort, el destacado miembro del Partido Nacionalista Canario (PNC). “La zona ya está proyectada y todos los detalles han sido presentados a las instituciones debido a su interés inmediato, pero Política Territorial debe aprobar su condición de interés general cuanto antes para que no ocurra como siempre y la iniciativa decida irse a otro lugar, y es que la empresa está comenzando a impacientarse”, apuntó Betancort.

La piscifactoría sería toda una novedad en cuanto a la industria de la acuicultura en la Isla y, según Betancort, “cuenta con la doble ventaja de ser novedosa y muy beneficiosa puesto que es terrestre, con lo que evitaría la contaminación marina”. “Vamos a luchar para que el proyecto sea una realidad porque significaría que una de mis viejas reivindicaciones, que Lanzarote tenga otras vías de desarrollo económico, se cumpla”, añadió.

Una piscifactoría por y para Lanzarote

“No cabe duda de que se trata de una industria de interés general ya que no sólo se crearían más de 50 puestos de trabajo sino que serviría como base y fuente de investigación de otras especies en colaboración con la Universidad de Las Palmas”, detalló el miembro del PNC. En esta misma línea, recalcó que “es un proyecto en relación con la industria insular y resultaría muy fructífero para la economía de Lanzarote y de toda Canarias”.

Según Betancort, ésta sería la primera piscifactoría de gambas en Lanzarote. “En principio, y debido al clima de la Isla, estaría dedicada a la cría y estudio de gambas aunque serviría para el estudio de más especies”. Asimismo, indicó que “satisfará el consumo local y se realizarían exportaciones a toda Europa”. “No necesitamos que el Gobierno realice inversión alguna, tan sólo necesitamos la licencia pertinente que es sólo un pequeño empujón para que este gran proyecto salga adelante”, indicó Betancort.

Cierta prisa, cierto peligro

Si bien es cierto que todo parece estar a punto, en realidad el proyecto se está topando con diversos baches en su camino hacia materializarse en Lanzarote. Para Betancort, los frenos que la piscifactoría está teniendo para convertirse en parte del paisaje y de la economía lanzaroteña corresponden “a las trabas y la falta de interés de siempre”. “La población siente que los proyectos en Lanzarote nunca salen, que salen en cualquier lugar pero no aquí, porque aquí se van rechazando por cuestiones burocráticas o por falta de interés con el peligro que ello conlleva”, señaló. Y además dejó claro el peligro que ello conlleva ya que, según expresó, “este tipo de iniciativas, ante tal situación, buscan otros campos en los que realizarse en lugar de en lanzarote”.

Aunque aseguró que “de momento mantengo mi esperanza para que se resuelvan los problemas en política medioambiental y que prime el interés económico y general para que este proyecto salga adelante”, quiso recordar que “el ayuntamiento mostró mucho interés en sacarlo adelante, pero cuando ha llegado al Cabildo se ha paralizado y desde Política Territorial tiene que resolverse porque es desde ahí desde donde debe obtenerse la declaración de interés general”.

Una piscifactoría de gambas para Lanzarote
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