jueves. 18.04.2024

Por Mercedes Hernández

Desde la Isla de la Graciosa escribo estos renglones con gran dificultad para expresar el gran problema que tenemos los padres de esta isla. Nuestros hijos no son mayores de edad, no han cumplido los 14 años, y tienen que desplazarse a una residencia en Haría de domingo a viernes. Fuera de sus casas, del apoyo de sus padres, hermanos y del resto de sus familias. Estos niños a la fuerza tienen que sobrevivir y confunden la libertad con la madurez, se encuentran solos ante los peligros de la adolescencia: las drogas, la violencia de género, etcétera.

¡Que triste! No podemos verlos día a día, ni verlos crecer, ni compartir sus problemas ni sus alegrías. Pero, ¿a quién le importa?

Esto se podría solucionar si en nuestra isla el colegio impartiera 3º Y 4º de la ESO, si la Consejería de Educación, y nuestros políticos, quisieran. Seguro que ellos duermen con sus hijos.

Nos visitan y nos invaden con argumentos sobre la educación de nuestros hijos, la importante participación de la familia y del entorno. ¿Para que? Si ellos son los que deciden dónde tienen que estudiar nuestros hijos. ¿Dónde están nuestros derechos?

¿Dónde está la igualdad de posibilidades? ¿Dónde?

Espero que esto se solucione, que este sea el último curso que los niños tengan que emigrar de su propia isla. Con el único fin de estudiar.

Una madre desesperada
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