martes. 16.04.2024

Me vigila, pegado en el techo de mi despacho herreño, un perenquén, portador de la buena suerte. O al menos eso dicen. Un perenquén es un amigo, no molesta. Debe saber mucho, porque siempre mira, y espero que oiga, pero no habla jamás. El perenquén, en Canarias, se asocia a la sagacidad, a saber esconderse. Cuando se le arranca el rabo, cosa que yo no haré, el rabo sale disparado a unirse a otro perenquén que no tenga rabo. Parece un cuento infantil. ¿No, Paqui?

Andrés Chaves

Un perenquén
Comentarios