sábado. 20.04.2024

ACN

Francisco O. Z., guardia civil de profesión y destinado en Fuerteventura desde 2.002 se presentó el pasado sábado por la tarde en la prisión de Alcalá de Henares, Madrid, para cumplir una condena de 6 meses por lo que el Tribunal Militar calificó como “un delito de desobediencia en acto de servicio de armas”.

No coge el teléfono, apenas quiere salir a la calle y estos últimos 4 días ha querido dedicárselo plenamente a su hijo de apenas dos años y medio y a sus padres y hermano.

Francisco no se cree aún lo que le está pasando. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) tampoco. El pasado martes recibía la notificación de su ingreso en prisión que tenía que haber hecho en un plazo de 72 horas, plazo cumplido el psasado viernes, pero que ha decidido retrasar hasta hoy porque, según él, “¿qué más me puede pasar?”.

Los hechos que le llevarán a cumplir una condena de 180 días ocurrieron en 2.001 en la Comandancia de Guipúzcua, cuando el agente cumplía servicio en esta ciudad. Según Francisco, una noche en la que “estaba de servicio tuve que ausentarme por una gastroenteritis por la que fui al médico”.

Esa misma noche “mis compañeros me comentaron que habían salido 2 vehículos del servicio de información a buscarme y me molesté porque parecía que había cometido un delito como si fuera un terrorista”, por ese motivo, “no entregué el parte médico hasta llegar al Juzgado”.

Éste es el motivo que a juicio del agente convirtió a lo que, normalmente, no excedería de una falta grave a un delito propuesto por el Jefe de la Comandancia de Guipúzcua. Asimismo, Francisco piensa que si hubiera solicitado la baja médica hoy no estaría a punto de entrar en prisión. “Al día siguiente a esa noche estaba de saliente y al siguiente libre y el médico me dijo que con el tratamiento podía incorporarme a mi puesto de trabajo en 3 días por lo que no era necesario coger la baja médica”.

Sin embargo, el detonante para Francisco para que se le imputara un delito fue que “esa noche decidí no ir a dormir al Cuartel en el que residía”. El agente aún hoy no se explica lo sucedido “normalmente si un día estás indispuesto no se coge baja sino que simplemente haces una llamada y lo comunicas y con eso es suficiente”.

Francisco ha recibido el apoyo de todos sus compañeros en la Comandancia de Puerto del Rosario, donde presta servicio desde 2.002 y donde reside, y de los miembros de la Asociación Independiente de la Guardia Civil que comunicaron que solicitarán “el indulto al Defensor del Pueblo y al Jefe del Estado, Su Majestad el Rey Don Juan Carlos” por una situación que “consideramos injusta y una condena desproporcionada”. Asimismo, sus familiares y amigos están pensando en manifestarse o recoger firmas para apoyar la solicitud de indulto.

Sin embargo, a Paco como le llaman sus compañeros y familiares, a pesar de las continuas palabras de agradecimiento ni siquiera estas medidas le consuelan y sólo piensa en el momento en el que tenga que ingresar en prisión. Asimismo, les ha pedido a sus compañeros que no se expongan a algún tipo de correctivo por defenderlo.

Las últimas horas hasta que este mismo sábado se suba a un avión en el Aeropuerto de Fuerteventura que le llevará a Madrid las “he pasado viendo a mi hijo, pensando que no voy a verlo en 6 meses, excepto si su madre puede llevármelo algún día a la cárcel” no muchas, puesto que los dos residen en Fuerteventura.

Asimismo, “estos últimos días he estado con mis padres que han venido de la Península para acompañarme y para poder arreglar el papeleo”, entre otros, “he tenido que pasar los recibos de agua y luz, el seguro del coche a su nombre, puesto que, estaré 6 meses sin cobrar, aunque lo que más me preocupa es como voy a hacer para pasar la pensión de mi hijo”.

Esta es la primera vez que Francisco se enfrenta a una condena de este tipo porque, según él, “mi historial desde que en 1.994 entré en el Ejército está limpio. De hecho, le condecoraron en 1.995 “con una Medalla al Mérito Militar por misiones en el extranjero”.

Su vida y la de su familia, siempre ha estado ligado a Fuerteventura a pesar de haber nacido en Valencia. Él llegó por primera vez a la Isla en 1.985 y tanto su ex mujer como su hijo son majoreros y su hermano reside en Fuerteventura desde 1.987.

Aunque aún es pronto, Francisco piensa reincorporarse una vez cumplido los 6 meses de prisión a su puesto en la Comandancia de la Guardia Civil de Puerto del Rosario “aunque después de esto uno se queda con miedo por si pasará lo mismo por cualquier otra acción”.

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