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Renovarse o morir. Esta es la consigna que desde las administraciones quiere implantarse para que Canarias como destino turístico no ceda ante otros lugares más económicos. Sin embargo para llevar a la práctica este lema el sector se encuentra en una contradicción. Desde un punto de vista jurídico se promueve la retención del crecimiento, tal y como marcan las amplias y extensas normas de ordenación del territorio cuya madre son las Directrices. Económicamente la Reserva de Inversiones de Canarias apoya las inversiones y, por tanto, el aumento en el número de camas. Para resolver este dilema un estudio realizado en Gran Canaria, aunque aplicable al resto de las islas, muestra que se pueden ofrecer nuevas camas a los empresarios que hagan una apuesta por la renovación sin desbordar el crecimiento.
El abogado especializado en Urbanismo Ignacio Díaz fue el encargado de explicar, durante la conferencia que se ofreció anoche sobre ordenación del territorio, este modelo. El sistema consiste en que aquel empresario que renueve su alojamiento obtenga a cambio un porcentaje de nuevas camas en función de las características de la infraestructura que posee. Estas nuevas plazas se registrarían y pasarían a una bolsa en las que se pueden vender a cualquier promotor. “Se flexibiliza la Moratoria pero se incentiva al empresario que ahora no ve una clara recompensa en la renovación”, explicó Ignacio Díaz. El análisis también apuesta por diferenciar el suelo turístico del residencial. En este caso se trata de quitar camas de lugares donde no generan beneficios y trasladarlas a otros puntos con mayores garantías de éxito.
Situación
La conferencia también contó con la participación del consejero de Medio Ambiente y Ordenación Territorial del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel. Durante su discurso hizo un balance sobre el estado en el que se encontraban las distintas normativas relacionadas con el territorio. Así, en el tercer aniversario de las Directrices, Domingo Berriel comentó que ha sido un instrumento valioso. De forma más concreta destacó la Moratoria “que ha sido algo necesario dado el especial crecimiento y que las causas que dieron lugar a esa norma no han desaparecido, al menos por completo”.
Finalmente intervino Ramón Elías Cabrera, presidente de la Demarcación de Lanzarote del Colegio de Arquitectos de Canarias. En su caso se mostró crítico con las normas ya que sus constantes variaciones han hecho que prácticamente ningún Plan General de Ordenación Urbana esté adaptado. De la misma forma Ramón Elías aseguró que se echa en falta recursos de las administraciones locales e insulares o un Plan Insular de Ordenación del Territorio claro e igual para el conjunto de la Isla.
Bruto
Balance de los tres años de las directrices. Primero en general las directrices han sido un instrumento muy valioso para terminar las políticas de planeamiento. Desde el aspecto turístico y la llamada Moratoria creo que ha sido algo necesario dado el especial crecimiento y que las causas que dieron lugar a esa norma no han desaparecido, al menos por completo. Fue necesario ese parón para tratar de planificar mejor y tratar de poner al día las infraestructuras y tener un ligero sosiego teniendo en cuenta que había una gran celeridad en la ejecución que iba a ser tremendamente negativo para la economía y los propios inversores. A la postre eso se torna en una mala calidad del producto que se ofrece.
En este sentido, lo que se ha venido trabajando se tomen en manifiesto la necesidad de aumentar nuestra competitividad en materia turística con calidad del producto que se ofrece, lo que creo que ha sido positiva las directrices y será positivo el trabajo hecho hasta aquí que nos permita una discusión serena en el Parlamento y que de forma consensuada afrontemos los próximos años. Hay que tener en cuenta que en todo este proceso son muy lentos en producir resultados pero van dirigidos a aumentar la calidad y garantizar una transformación de la planta por otra que sea más competitiva y diversa, que se apoye más en infraestructuras de ocio.
No creo que la moratoria tenga que ser más restrictiva. Seguramente se tenderá a incentivar la calidad frente a la cantidad y de alguna manera la sustitución de lo que está mal por algo que esté mejor. Esa será la siguiente fase, tiene que tener el Parlamento la fórmula.
Una reunión con Cabildo en las que efectivamente las directrices decían que se tenía que hacer un análisis sobre la situación real de determinado planeamiento que carecían de derecho para dar una tramitación al Parlamento.
