Según la versión ofrecida por el ciudadano, los hechos sucedieron sobre las siete de la mañana, cuando acudía en su coche a su lugar de trabajo. Al llegar a la rotonda de Playa Quemada, un agente de la Guardia Civil de Tráfico le dio el alto para someterlo a un control rutinario. Éste, que al parecer no tenía su mejor día, se dispuso a multarle por carecer del intermitente delantero izquierdo.
Según el denunciante, como el agente se demoraba en cumplimentar el escrito de sanción, le pidió correctamente que se diera prisa pues iba a llegar tarde a su trabajo. “La respuesta fue textualmente ‘pues jódete y haber llevado el intermitente”, reza en la denuncia que ese mismo día interpuso Frontana. Cuando el agente le dio la multa, el conductor se negó a firmarla puesto que entendía que no era justa ni la sanción -alega que el intermitente estaba pero se había estropeado la bombilla- ni la forma en que el guardia civil le habló.
Fue entonces, una vez que Frontana advirtió al agente de que denunciaría su comportamiento y la forma en que se dirigió a él, cuando éste supuestamente le preguntó a otro guardia civil que estaba presente en el control si había oído algo de lo que el conductor se quejaba. El primer agente “empezó a insultarme llamándome sinvergüenza delante del otro agente. Éste me dijo que me metiera en el coche para evitar males mayores”. Sin embargo, no satisfecho con lo ocurrido, el primer guardia civil de Tráfico le dijo a Frontana que le “iba a detener y a joder”, pero por lo visto se conformó con ponerle otra multa, en esta ocasión por no llevar el chaleco reflectante mientras había permanecido fuera del coche.
En su denuncia, Vicente Frontana adjuntó las dos denuncias con que le sancionó el agente en cuestión. Sin embargo, según aseguraba este mismo martes el propio afectado, la denuncia ha sido ya desestimada y él, como denunciante, está todavía a la espera de que se le notifique dicha resolución para interponer el pertinente recurso en la causa.
