El pasado viernes 13 de julio, el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases Andreu inauguró el Museo Diocesano de Arte Sacro en la iglesia de San Francisco en La Villa, llamado por los lanzaroteños Convento de San Francisco, lo hizo junto a el vicario general de la Diócesis de Canarias, Hipólito Cabrera; el director del centro, José Abreu; el párroco de Teguise, Antonio Juan López; así como la consejera de Cultura del Gobierno de Canarias, Inés Rojas; el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort; y el vicepresidente del Cabildo de Lanzarote, Joaquín Caraballo; entre otras autoridades civiles y religiosas. También se acercaron más de un centenar de personas a conocer esta nueva joya arquitectónica y artística de Lanzarote.
El público fue agasajado con una visita guiada por el delegado diocesano de Patrimonio José Lavandera, que fue destacando las piezas más valiosas o simbólicas del Museo entre las que incidió: un cuadro del siglo XIII de la Virgen de Candelaria; el lienzo de los desposorios atribuido al pintor canario Cristóbal Hernández de Quintana; los magníficos cuadros americanos que representan a los arcángeles; un bandeja alemana muy labrada del siglo XVII; un ángel bulto redondo del siglo XVIII; una escultura de alabastro policromado del silgo XVI que representa a San José y el Niño Jesús; o la imagen de Semana Santa de El Señor de la Humildad y Paciencia que data del siglo XVIII. En el museo también hay curiosidades; como un cartel de las fiestas litúrgicas de Nuestra Señora del Carmen de 1929; planos de la Villa de Teguise de Pedro Agustín del Castillo del siglo XVII; u obras pictóricas más actuales, como son las pinturas del artista José Arencibia.
Las autoridades eclesiásticas afirmaron que este Museo pretende ser algo vivo, dónde la parte de restauración siempre estará vigente con piezas nuevas o ya adquiridas que necesiten reparaciones. Prueba de este espíritu es que en este momento hay varias tallas y cuadros pendientes de restaurar que tiene su sitio preparado y que irán en el Museo de La Villa cuando estén acabadas.
La mayoría de las piezas proceden de ermitas o iglesias de la isla, principalmente del municipio de Teguise, algunas de las cuales ya no tienen uso religioso como el Convento de Santo Domingo u otras que han desaparecido, como es la Iglesia de San José, (camino hacia las Nieves). En ambos casos se guardaron las obras artísticas antes de su extinción o nuevos usos. También hay obras de la Diócesis y algunas de colecciones privadas o donadas por el Ayuntamiento.
En el recorrido también contaron parte de la historia del edificio que es uno de las obras arquitectónicas de mayor valor de la Isla de Lanzarote y de las destacadas en Canarias. Extractaron que el convento inició su construcción en 1588 y sufrió tres reconstrucciones. Fue fundado por Gonzalo Argote de Molina, familia del Marqués de Lanzarote, Agustín Herrera y Rojas y Saavedra.
Se construyó entre 1588 y 1598 con la idea de ser panteón señorial, lo que impidió el que fuese destruido en la gran invasión de 1618. El 26 de abril de 1590 tuvo lugar el acta fundacional. De convento franciscano sólo queda la iglesia. A la izquierda del actual edificio se ubicaba la zona conventual donde residían los frailes. Este espacio tras la desamortización de la primera mitad del siglo XIX pasó a manos particulares, quedando de tal operación algunos vestigios del primitivo claustro.
Está compuesto por dos naves, separado por una serie de arcos torales (arco sobre el que descansa una cúpula), conserva el más importante conjunto de techos mudéjares de Lanzarote. Tiene tres retablos barrocos: uno en la nave central de tres cuerpos; otra en la nave derecha con rasgos indianos; y un tercero a la izquierda, una pequeña capilla realizada en piedra clara y mampostería. Están dedicadas a Nuestra Señora de Miraflores (principal); San Antonio de Padua; y Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción (cantería).
Su pila está hecha con una sola pieza de piedra volcánica y alberga también una talla de San Francisco de Asís de origen posiblemente genovés.
El centro abrirá sus puertas de martes a sábado de 09.30 a 16.30 horas; y los domingos de 10.00 a 14.00 horas. La entrada tiene un coste de 2 euros y es gratis para los residentes.
