viernes. 19.04.2024

La subida constante del Euribor está provocando que muchas personas hayan dado por perdida la posibilidad de comprarse una casa. Esto supone que los constructores, promotores y demás profesionales dedicados al sector de la construcción están dejando de tener los grandes beneficios que conseguían hace sólo unos años. Si los empresarios no ganan, los sueldos de los trabajadores bajan, lo que hace que no puedan comprarse casas y comienza de nuevo la pescadilla que se muerde la cola.

Sin embargo, desde el sindicato UGT se quiere acabar con la situación alarmista que se ha creado en relación al tema inmobiliario. Su representante en el sector del metal y la construcción para Lanzarote, Fuerteventura y Las Palmas, Gregorio Guerra, dice que “hay que tomarse las cosas con un poco de moderación en el sentido de que sí que estamos observando con preocupación la ralentización que se está produciendo en la construcción pero a la vez entendemos que hay voces que están siendo demasiado alarmistas”. Piensa que “en Canarias se puede seguir construyendo pero se debe tender a una modernización de la planta alojativa, que en algunos lugares se está quedando obsoleta, de los centros turísticos y aumentar no las viviendas sino los polígonos industriales “. En definitiva, opina que hay que invertir en industria y evitar dar voces de alarma que no son beneficiosas.

Interés por crear alarma

“Posiblemente se están mandando sondas a los medios con el objetivo de incrementar los precios del suelo o los materiales de construcción por parte de mucha gente que está interesada en especular con cuestiones como la moratoria”, argumenta Guerra para justificar el miedo que se está provocando a todos los trabajadores de la construcción.

Comenta que lo que el sindicato quiere es tranquilizar a los obreros asegurando que “esa gran crisis que se prevé no se va a dar”. Asevera que “no todas las empresas operan dentro de la legalidad y algunas desaparecen pronto dejando a los trabajadores desamparados y son esas las que van a dejar de existir dejando en el mercado a las grandes compañías que son las que acuden a los concursos de obras”.

En opinión del sindicalista, “los datos no indican que se esté ralentizando la construcción y de hecho, en los últimos datos del INEM se establece que se ha aumentado la contratación de trabajadores del sector en 277 personas”. Además, considera que “hay que tener en cuenta que este mes se para mucho en las obras porque tanto en Lanzarote como en Fuerteventura y Gran Canaria hay una gran cantidad de obreros venidos de la península que aprovechan para irse de vacaciones a su tierra y en septiembre se volverá a la normalidad”.

Edificios a medio construir

Bien por falta de licencia o por falta de presupuesto, ahora mismo hay en Lanzarote numerosas construcciones abandonadas. Para Gregorio Guerra esto no es algo aislado de esta isla. Dice que “lo que sigue habiendo es la misma conflictividad de siempre pero podemos decir que dentro de lo problemático que es el sector, no se nota un incremento en este momento y eso es lo que a nosotros nos da la idea de que no hay una situación de alarma”.

Descenso de salarios

“Nosotros esperamos que a pesar de que los constructores ya no estén ganando tanto como antes, esto no repercuta en la bajada de salarios o el aumento de la contratación ilegal y estamos vigilantes para que no se dé”, asevera el representante de UGT. Piensa que “lo que está claro es que ningún sector obtiene tantos beneficios como el de la construcción porque si no, no se entendería cómo se pueden pagar ese tipo de comisiones a algunos Ayuntamientos”.

Guerra explica que acaba de salir publicada una nueva normativa que es la Ley de Subcontratación en el sector, lo que significa que se van a regular este tipo de contrato y acaba de firmarse un nuevo convenio en el ámbito estatal con un vigor de 5 años, lo que entiende que supone que está actualizada toda la normativa en relación con el sector de la construcción.

¿Quieren los canarios ser obreros?

Es frecuente que se diga que son los inmigrantes que llegan a España los que ocupan los puestos de trabajo que no quieren los canarios y se siempre se cita la construcción. Para el responsable sindical, “lo que estamos viendo es que se está perdiendo la profesionalidad en nuestro terreno y en el de servicios y parece que cuando una persona no tiene estudios o cualificación suficiente no pasa nada porque puede dedicarse a la obra”. Dice que esto está suponiendo una pérdida de calidad y cree que “la construcción no tiene por qué ser el último eslabón de la economía y nosotros también necesitamos a gente con oficio”. Espera que el sector se cualifique y reconoce que “ahora a un buen profesional se lo están rifando”.

A pesar de que los precios de la vivienda están imposibles para muchos, Guerra no cree que se pueda volver a situaciones en las que el propio ciudadano con la ayuda de la familia se compraba un terrenito e iba construyendo, aunque le fueran años en el intento. Piensa que el ritmo de vida de hoy en día y las pocas horas libres de que disponemos hacen prácticamente imposible seguir esta tradición.

UGT quiere acabar con el alarmismo sobre la crisis del sector de la construcción
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