jueves. 18.04.2024

Por INA

Mi casa tiene una puerta de entrada pero no de salida, con una gran ventana por la que vemos el sol cuando es de día y la luna, si se deja, cuando es de noche. En ella estamos todos formando grupos alrededor de un centro vacío que no pertenece a nadie, pero del que podemos coger cuanto queramos para subsistir cambiándolo por otra cosa necesaria para otro grupo, cuando llegamos por primera no había nadie como nosotros, cuando nos vayamos no habrá nadie como nosotros, pero el centro seguirá estando esperando dar vida a otro nuevo grupo de seres. Hay dos cosas que mantiene con vida al grupo, una es lo que la tierra nos da y la otra los sentimientos que desarrollamos, unos sentimientos que nos permiten marcar las pautas de convivencia entre nosotros y con el resto de seres que la habitan. Mientras esto ocurre lo único que de verdad afecta al pueblo, tanto como para por sí solo provocar cambios, es el tiempo, más que una percepción o medida podemos considerarlo como un problema para el ser humano, sí, porque solo nosotros le damos importancia, no avanza ni retrocede sino es por que nosotros lo queramos. No va más lento o más rápido sino es para nosotros, por el contrario un segundo no es más que un preciso segundo.

Abramos los brazos en una noche cualquiera y miremos al espacio intentando abarcar todas las estrellas posibles, y ahora piense que todo, absolutamente todo se mueve, más rápido o más lento, en la misma dirección, exceptuando algunos pocos cuerpos producto de posibles explosiones o choques que temporalmente originan un movimiento contrario. Cómo entonces podríamos concebir que algo o cualquier cosa pueda retroceder al mismo tiempo que avanza sino es porque una fuerza superior se a interpuesto en su camino haciendo cambiar bruscamente la dirección, es una colisión brutal, catastrófica, en ocasiones necesaria y que si no lo destruye si lo hará seguir un nuevo curso marcado con otra dirección donde el tiempo avanzará igual, no habrá cambiado su curso, el tiempo cambia de dirección, aún cuando este cuerpo se quede estático el tiempo seguirá avanzando.

Debemos por tanto considerar que los resultados obtenidos, una vez aplicado el tiempo, son siempre variables así como dependientes de infinidad de factores externos, pensemos que si la distancia entre dos puntos fijos es siempre la misma, lo que tardamos en movernos de un punto a otro variará a razón no sé si tanto más del medio de transporte elegido, incluyendo en los cálculos los abruptos del terreno más las adversidades climatológicas, o simplemente de las ganas que tengamos de ir.

Tiempo
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