jueves. 28.03.2024

TODO EL MUNDO EN VILO

La iglesia de San Ginés se ha convertido en estos días en un santuario de peregrinación. Todos los que se juegan algo en la posible ruptura del pacto de gobierno de Arrecife están rezando para que la guerra de guerrillas actual termine favoreciendo a su bando. La clave sigue estando en Ciudadanos. El lío con la Casa de la Cultura es la penúltima gota de un vaso que está colmado desde hace tiempo

Algunos que ni son religiosos y otros que sí lo son llevan varios días encendiendo velas en la iglesia de San Ginés y rezando a todo lo que se mueve, y a lo que no. Son los que están pendientes de ver cómo termina la revuelta callejera en la que se ha convertido la política de Lanzarote en estos momentos, especialmente en Arrecife.

El Ayuntamiento de la tercera capital de Canarias (esto es una broma si la comparamos con ciudades como La Laguna, Santa Cruz de La Palma o San Sebastián de La Gomera, por poner tres ejemplos de ciudades que están muy por delante), incapaz siquiera de encontrarle una solución al centenar de semáforos que se han puesto en huelga de luces caídas, es en estos momentos un mar de especulaciones. Si hace unos meses el pacto que mantienen Partido Socialista (PSOE), Coalición Canaria (CC) y Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) se sostenía con unas delicadas pinzas de colgar la ropa, en estos momentos todo parece sujeto por un fragilísimo hilo de color invisible que amenaza con desaparecer de un minuto a otro.

Tras la ruptura del pacto de gobierno del Cabildo quedaron claras varias cosas: la principal, que la acción de los socialistas tendría una reacción de los nacionalistas. Y esa reacción no ha sido otra que la de buscar los números para endiñarle una moción de censura a la todavía alcaldesa, Eva de Anta. ¿El principal problema? Es un secreto a voces. El pacto que se fraguó en el verano entre dos conocidas dirigentes de PSOE y Ciudadanos para frenar cualquier intento de terminar con el mandato actual. ¿La excusa? Lo que el portavoz de Ciudadanos en el Cabildo, Benjamín Perdomo, soltó el pasado jueves en Crónicas Radio-COPE Lanzarote, que había convencido a su partido de que censurar a Eva de Anta era salvarle el trasero a un imputado judicial como es Pedro San Ginés. Da igual que Ciudadanos, como reconoció el propio Perdomo, ni siquiera se haya reunido para adoptar semejante acuerdo, en el que se mezcla la gobernabilidad del Cabildo con la del Ayuntamiento; da igual que haya varios representantes de Ciudadanos que en privado expresan su malestar, y sueltan eso de que “Benjamín va por libre”. Y da igual porque está claro que a pesar de su inexperiencia y de que a veces va por la vida como lo hace un elefante entrando en una cacharrería, el portavoz en el Cabildo sabe algo que sus otros compañeros parecen desconocer.

Resulta muy curioso comprobar cómo han cambiado las cosas durante el mes de agosto. En julio, los dos concejales de la formación naranja en la capital, Delia Hernández y Víctor Duque, tenían muy claro que había que darle un cambio al Gobierno de la capital, y sabían que ese cambio sólo pasaba por una moción de censura contra la actual alcaldesa. Ellos sumarían su voto a CC, PIL y Partido Popular (PP) para luego quedarse fuera del Gobierno, como hicieron sus compañeros de Granadilla. Cuentan que la inquina de Benjamín Perdomo contra San Ginés ha podido mucho más que la evidencia que tienen en Ciudadanos de que Arrecife necesita un enorme giro.

A la vez que Migdalia Machín, Barragán y compañía se esfuerzan en convencer a Ciudadanos de que cambie de opinión, cuestión fundamental para que el PP acepte sumarse al pacto del Cabildo y darle la mayoría que ahora no tiene San Ginés, las cosas en Arrecife no mejoran nada. Al contrario. En la guerra de guerrillas no existe un solo minuto de descanso. La prueba está en lo que sucedió el pasado jueves con la no inauguración de la obra del Escorial, la no puesta de largo de la Casa de la Cultura. Independientemente de lo que se haya dicho en los medios locales, independientemente de desafortunados comunicados en los que se echa mano del “papelito” de los hoteles ilegales obviando cosas como que Enrique Pérez Parrilla fue condenado siendo alcalde de la capital precisamente por abrir un teatro de forma ilegal, lo cierto es que la decisión de la alcaldesa de no abrir la Casa de la Cultura sentó a cuerno quemado en el seno de CC. “Una más”, nos consta que dijeron algunos. Y era una más porque durante el tenso jueves, con todo anunciado y preparado para la ocasión, se trató de convencer a sus socios de gobierno de que se podía abrir sin que existiera en ese momento la licencia de apertura. Finalmente, De Anta decidió que no, y los nacionalistas cogieron un empute que es difícil que se les pase.

Mientras esto sucedía, mientras algunos siguen echando cuentas que no salen, la que se sale es la propia alcaldesa, a la que han convencido sus compañeros de que debe estar totalmente tranquila, porque ni Ciudadanos ni mucho menos Somos Lanzarote van a participar en moción de censura alguna. Así, con la idea puesta en el próximo congreso insular y con la idea sobre todo de prepararse bien para los próximos comicios, a la gente del PSOE parece que les encantaría la idea de que los cinco concejales de CC se rindieran y finalmente abandonaran el grupo de gobierno. ¿Lo van a hacer? Parece que de momento no, sobre todo después de que la propia Eva de Anta haya dado este lunes el enésimo balón de oxígeno que necesita el pacto que mal empezó y que peor va a terminar. La alcaldesa ha sido contundente a la hora de repetir una vez más durante su intervención en el programa "A buena hora" de Crónicas Radio-COPE Lanzarote que su prioridad es mantener el pacto con sus socios actuales. ¿Y la prioridad de sus socios? Eso es otra cosa. Sus socios, que en su día quisieron marcharse del Gobierno y en su partido no les dejaron, ya no saben ni por dónde les da el aire.

Por no saber, no saben si los mandos de la tele de la nueva Casa de la Cultura funcionan, o si serán ellos finalmente los que asistan como Gobierno y como autores materiales del final del culebrón albañilerístico a su inauguración.

Congreso del PSOE

Por lo que respecta al PSOE de Dolores Corujo todo son buenas noticias, al menos de momento. Vuelven de un fin de semana en el que la alcaldesa de San Bartolomé ha conseguido colocar en puestos de relativa importancia a casi todos sus afines (cuentan que aspiraba incluso a la Secretaría de Organización, cosa que parece poco probable teniendo en cuenta el ejercicio de equilibrios territoriales que hay que hacer en todos los partidos de Canarias y que la propia Corujo conoce bien), consiguieron en el congreso que Nayra Callero ni se sentara a poner grapas a los folios de las ponencias (siendo justos es verdad que la vetaron para presidir la mesa electoral pero no pudieron impedir que presidiera una de las ponencias), inician la última semana del verano conscientes de que la Federal les ha dado la razón y se la ha quitado a la insurgencia y por tanto se mantiene la fecha del 11 y 12 de noviembre para el congreso insular… ¿Qué más pueden pedir a la vida política si de momento todo va rodado?

Pues lo que pueden pedir seguramente es que el sector rebelde, que anda en estos momentos con la moral un tanto baja, consiga convencer a uno de los suyos para que finalmente plante cara a Corujo. Y pueden pedirlo porque al sector oficial les encantaría darles un repaso a Manolo Fajardo, Marcos Hernández, Manuela Armas y compañía en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Están muy seguros de la victoria de su líder, mucho más después de lo bien que entienden ellos que ha gestionado el caso del Cabildo.

Por lo que sabemos aquí, que a veces no es poco, el sector no corujista tenía notable confianza en su posible triunfo hace unos meses. Sólo les faltaba elegir al candidato o a la candidata que pusiera la guinda a su pastel. Poco a poco las cosas han ido cambiando, y eso que los corujistas en su mayoría apostaron por Susana Díaz y no por Pedro Sánchez en las primarias más gordas de las que celebran en el PSOE, cosa que visto lo visto ha pasado nula factura. Por si fuera poco, Marcos Hernández no ha podido dejar más claro que él no se presenta, y encima le han metido dentro de los órganos de dirección que en la parte de Lanzarote controla su compañera en el Parlamento. Además, perdieron de adepto a un hombre muy importante que podía ejercer de árbitro político (ya lo es en la vida real), Marcos Bergaz, quien de pronto se ha hecho más corujista que la propia Corujo. ¿Han sacado ya la bandera blanca y han pedido una rendición pactada? Nos dicen que no, que todavía tienen intención de presentar batalla. Y esa batalla sólo pasa por presentar candidato. Eso sí, o se dan prisa, o Pepe Juan y compañía aplican los estatutos y les dicen aquello de “campana y se acabó”.

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