Terminado el proceso electoral de la primera Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Lanzarote, llega la hora del siguiente escalón en la apuesta firme y decidida de la sociedad lanzaroteña por soltarse de determinadas ataduras que la llevan asfixiando desde hace años, muchos años. El siguiente paso no es otro que el de pelear por la autonomía del puerto, por la obtención de una Autoridad Portuaria insular que de una vez por todas rompa con Las Palmas, a ver si así conseguimos que alguna que otra inversión arregle los muchos males de nuestra segunda entrada a la Isla. Esperamos, eso sí, que los retractados, esos que de repente contemplaron a la Virgen de Fátima y decidieron que ya no era necesaria la autonomía portuaria, cambien de postura, o al menos que no se les tenga demasiado en cuenta. Mientras, no estaría de más que se fuera colocando de una vez por todas el dichoso Puesto de Inspección Fronteriza, el PIF para los amigos.
