sábado. 20.04.2024

Por INA

Orientando la mirada en esta otra dirección observamos como la visión que tenemos ahora de nuestro camino (el realizado) se vuelve clara y completa, sin obstáculos que nos impidan el acceso a cualquier pensamiento o acto realizado sirviéndonos para ello de los recuerdos, nos podemos mover tan libremente por este mundo porque ya no es un desconocido, ya forma parte de nosotros, en este atrás no quedan puertas por abrir, solo avanzando las encontraremos, siempre delante, atrás queda el vasto llano abierto, que parezca más grande o más pequeño dependerá de nuestra entrega, constancia y dedicación, es como una gran extensión yerma de por vida haciéndose más y más grande a cada paso que damos, atrás quedan infinidad de esfuerzos reflejo de lo que hoy somos, todos, absolutamente todos, nos son imprescindibles para comprendernos. Si nos paramos un momento y fijamos nuestra mirada en el horizonte podremos ver como brota el agua, es la fuente original de donde nacen todos nuestros deseos, miedos, amores y temores, lugar al que siempre podremos volver cuando nos haga falta para beber de su poder y superar así las diferentes pruebas que nos tiene preparada la vida, es aquí, es este punto, donde se originó todo, todo lo que somos hoy, de su buen mantenimiento depende lo que hagamos hoy y mañana, de que seamos felices o se apodere de nosotros la nostalgia, de que demos un paso más o nos quedemos estancados.

Aún siendo cada día mayor la distancia que nos separa de este lugar de regeneración siempre estará a nuestro lado mostrándonos el camino, dándonos de beber para no desfallecer. Se encuentra protegido al cobijo de un bosque donde los árboles son nuestros sentimientos que plantamos allá cuando jóvenes y sus ramas, de hojas sedosas, deseos abriéndose camino hacia la luz, abajo, en la sombra, se desvanecen los miedos.

Ahora y después de ver el amplio camino recorrido y frente al que nos queda es hora de pensar en todas las contradicciones con las que hemos vivido -nuestra lucha interna con la sociedad- y recapacitar para encontrarnos que hoy podemos decir que hacemos lo que pensamos y pensamos lo que queremos, pero siempre con el corazón enfrentándose a la razón.

Sur
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