10 de noviembre de 2006, 14:24
Un hombre se enamoró de la telefonista, por su voz. Cuando la conoció, él se dio cuenta de que no era una dama agraciada. Ella entendió su turbación. Él regresó a su pueblo. Siguieron amándose en la distancia, por los años de los años. Jamás se tocaron, pero sus vidas se llenaron de pasión. ¿Propaganda de Telefónica o historia real?
Andrés Chaves