viernes. 29.03.2024

La sintonía entre el PSOE y el Gobierno marroquí es evidente. Fue llegar este partido al poder y cambió radicalmente la política de lucha contra la inmigración irregular practicada por el reino de Mohamed VI, esa que consistía en mirar para otro lado y dejar que salieran todas las pateras posibles con destino a Lanzarote y Fuerteventura. Las mafias que controlan este vil negocio se vieron obligadas a desviar las salidas más al sur, lo que provocó que se cambiara el tipo de embarcación por los tristemente famosos cayucos, armas del infierno a bordo de las cuales ha muerto un número de seres humanos que jamás llegaremos a saber. Fue llegar el PSOE al poder y estrecharse los lazos de comunicación. Eso hasta que se les ocurrió, todavía no sabemos por qué, permitir la primera visita oficial del Rey Juan Carlos a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Ahora han vuelto a cambiar las cosas, casualmente coincidiendo con la cercanía de las elecciones. España y Marruecos abogaron este lunes por un incremento de la cooperación multilateral en la gestión de los flujos migratorios con el objetivo de facilitar la emigración legal y luchar de manera eficaz contra la clandestina. ¿Les suena de algo? “Se deben impedir absolutamente las idas irregulares, con el compromiso de los países de origen y de destino, y facilitar, porque existen las vías, que se vaya legalmente según las necesidades y la capacidad de acogida de los países de destino”, indicó la directora general de Inmigración del Ministerio español de Trabajo y Asuntos Sociales, Marta Rodríguez-Tarduchy Díez.

En una pausa de la reunión de expertos sobre migración legal inaugurada este lunes en Rabat con la participación de 27 países africanos y 30 europeos, Rodríguez-Tarduchy subrayó la voluntad de favorecer la vía legal “a través de la formación en origen, que pueda posibilitar una inserción social de la manera más adecuada”.

Es cierto que el Gobierno socialista es el que más ha hecho por favorecer la mejoría de los países emisores de inmigrantes, pero también es cierto que su lucha no ha estado precisamente centrada en el control de las fronteras, especialmente en Canarias, donde el problema que genera la constante llegada de subsaharianos es más que evidente. Y en el caso de los marroquíes, qué decir, que le pregunten a la consejera de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, Inés Rojas, que se las ve y se las desea para cubrir las necesidades de los menores que vienen a las Islas, en su mayor parte de este país.

El encuentro, que se clausura el martes y se realiza en preparación de la segunda reunión ministerial euroafricana sobre migración y desarrollo que se celebrará en París los próximos 20 y 21 de octubre, se caracteriza según la representante española por el compromiso común de “gestionar de forma integral los flujos migratorios que desde África vienen hacia Europa”. ¿Cuántos años llevamos hablando de este problema en Canarias, cuántos años llevamos sin que se nos escuche desde el Gobierno central? Y no nos referimos sólo al Gobierno socialista, también al del Partido Popular (PP). No hay que olvidar que en el caso de Lanzarote y Fuerteventura fue durante la etapa de gestión de José María Aznar cuando más inmigrantes irregulares llegaron a las islas orientales en patera.

Está muy bien que todos estos políticos se reúnan gastando dinero público en viajes y estancias en hoteles. Ahora, lo que nos parecería mucho mejor es que en lugar de buenos propósitos se tomaran medidas concretas, a ser posible ya.

Sintonía entre el PSOE y el Gobierno marroquí
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