jueves. 18.04.2024

Por Damián Peña Martín

Se presenta el Partido Popular a las Elecciones Generales del 9 de marzo con el lema de “Con cabeza y corazón”. Sin embargo, cuando se escuchan las afirmaciones, las de antes y las recientes también, de José Manuel Soria, Vicepresidente del Gobierno de Canaria y líder del PP en Canarias, uno queda realmente sorprendido de la contradicción flagrante entre el eslogan electoral y las manifestaciones realizadas.

En las últimas afirmaciones de Soria, relacionando las desapariciones de niños y jóvenes en Gran Canaria, con la gestión o responsabilidad del presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, evidentemente no había cabeza y mucho menos corazón.

Es una indecencia, una inmoralidad, tanto política como humana tratar de hacer campaña electoral con el dolor de familias destrozadas por la tragedia. En la campaña, en la discusión y lucha política debe haber límites. Debe haber respeto. En política no debe valer todo, no debe ser aceptable cualquier método, cualquier instrumento o recurso, para lograr la victoria.

Una cosa es el debate, la pugna por la confianza del electorado, y por su voto, y otra, muy diferente, el insulto a la inteligencia del ciudadano, faltarle el respeto, menospreciarlo en su capacidad mental, porque de otra forma no se puede entender lo dicho por José Manuel Soria. Sin duda, una soberbia desbordante unida a una ambición desenfrenada y un alejamiento progresivo de la realidad produce ese tipo de afirmaciones.

La cultura política en Canarias no debe caer tan bajo como para permitir que estos comportamientos caigan en el olvido. Además, el Señor Soria es reincidente. Casi se podría afirmar que es su peculiar y característico estilo de hacer y entender política.

Creo, sinceramente, que los ciudadanos sabrán responder adecuadamente a José Manuel Soria, y confío también plenamente en que los militantes del Partido Popular, aquellos que realmente desean un PP homologable con el resto de los partidos políticos conservadores europeos, y que no comulgan con las disparatadas y trasnochadas elucubraciones mentales de su líder, sabrán poner a su todavía actual presidente en el lugar que se merece y corresponde.

Sin cabeza y sin corazón
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