Fotos: Anabel Navarro
A las once de la mañana suena la alarma de incendios en la tercera planta del Hospital Doctor José Molina Orosa. Acto seguido se activa el dispositivo de emergencias. Apenas cinco minutos después, sobre las 11.05 horas, llega a las puertas del hospital el primer coche de bomberos. Pocos minutos después ya están aquí varias unidades de Protección Civil.
Corriendo entre el humo, los bomberos son los primeros en llegar a la tercera planta, donde como se comprobará más tarde, se ha producido un conato de incendio debido a un cortocircuito. Los apagafuegos constatan que hay seis heridos de diversa consideración. Sobre las once y cuarto, quince minutos después de que saltaran las alarmas, la tercera planta ya ha sido evacuada, y los profesionales proceden a la ventilación del espacio afectado para disipar el humo.
Sobre las 11.20, los heridos llegan trasladados a la segunda planta del Hospital, donde todo está preparado para atenderlos. Algunas de estas personas tienen que ser atendidos de ataques de ansiedad y problemas respiratorios.
Uno de los afectados ha resultado herido grave y tiene que ser evacuado por la terraza del Hospital con ayuda de los bomberos, que lo bajan con ayuda de una escalera elevadora instalada en uno de los camiones. Este traslado, la actuación de mayor responsabilidad y delicadeza de todo el protocolo de emergencias, concluye apenas media hora después de que la alarma activara el procedimiento.
Nada de esto ha pasado en realidad. Tan sólo se trata de un simulacro anual que pone a prueba la capacidad de reacción tanto del personal del Hospital como de los servicios externos, como bomberos, policía, sanitarios y Protección Civil en caso de un desgraciado incidente como el que se escenificó en el Molina Orosa en la mañana de este miércoles. En esta ocasión, no ha habido fallos, y todo ha funcionado a la perfección.
Como declaró a los medios de comunicación el responsable de Seguridad del Hospital, José Antonio Prieto, “en principio todo ha salido muy bien”. En cualquier caso, apenas una hora después de finalizar el simulacro, los responsables se reunieron en el despacho de la Gerencia para valorar, “de forma crítica”, los resultados del funcionamiento del protocolo de emergencias.
