sábado. 20.04.2024

Por Andrés Chaves

1.- Una vez, el que fuera alcalde de Jerez de la Frontera, Pedro Pacheco , dijo que la Justicia en España era un cachondeo. Fue procesado, pero el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía lo absolvió. Hace un par de meses me llamaron a mí de un juzgado de Santa Cruz, fiscal Anticorrupción incluida, para interrogarme (como testigo) sobre un asunto determinado, que no viene al caso. Me advirtieron que el procedimiento era secreto. Y me conminaron a que callara. Cuál no sería mi sorpresa cuando a los pocos días veo publicados en un periódico de Las Palmas ya no sólo la naturaleza del proceso, sino los planes de la jueza instructora. Me sentí completamente idiota en ese momento por no haber explotado a mi favor una noticia que tenía en mis manos y de la cual yo era protagonista involuntario. Luego yo también debo concluir que la Justicia es un cachondeo -y mucho más en Canarias- y que un sistema que no es capaz de hacer respetar el secreto del sumario y la presunción de inocencia de sus ciudadanos es una mierda de sistema.

2.- Debí haberle caído bien a María Farnés Martínez , la fiscal Anticorrupción, porque ahora se interesa por los libros que vendo y a qué precio. Le aseguro que pincha en hueso. Si me lo hubiera preguntado a mí, se lo habría respondido, en vez de hacer perder un tiempo precioso a ciertos funcionarios. Bonito fuera que yo no pudiera vender mi trabajo, lo mismo que ella puede cobrar una conferencia, naturalmente con el permiso de sus superiores. Ni siquiera el PSOE y sus fiscales pueden alterar el libre mercado, ni aun en una causa general como la que se está llevando injustamente contra Miguel Zerolo , Soria y otros políticos canarios. ¿Saben lo que pienso de Zerolo? Que es un hombre honrado, que lo han sometido a un juicio paralelo intolerable y que los grandes culpables de ello son el PSOE y sus fiscales, la Policía y la Justicia española en general.

3.- En cierta ocasión pasaba yo por un momento económico difícil. En realidad, no era la primera vez, porque esta profesión es muy puñetera. Nadie me ayudaba. Un político socialista, con el que luego he sido muy crítico, gran amigo mío, Santiago Pérez , me prestó un millón de pesetas. Nunca se lo agradeceré del todo, porque demostró su afecto hacia mí. Luego nos han distanciado algunas cosas, no siempre la política. Santi se ha equivocado instando esta causa general y comprometiendo a la Justicia: los palos de ciego y la falta de respeto hacia los ciudadanos (que son todos inocentes, en principio) atentan contra el Estado de derecho. También le recuerdo a Farnés Martínez las filtraciones en la Internet de la querella de Las Teresitas, sus ausencias en los interrogatorios a políticos socialistas (El Rosario, Granadilla) y su justa -y lógica- devoción por aquellas causas que interesan al PSOE. Yo no la acuso de nada, porque para acusar está ella. Y de su inusitado interés por mi actividad librera le daré pelos y señales -a ella y a su señoría- a poco que me llamen. Como no podía ser menos. Esto va camino -tres años ya de secreto sumarial, y lo de secreto es un decir- de convertirse en aquella telenovela: "Simplemente María". Ella tiene el arma de la Policía. Yo, la de la pluma. ¿Echamos un pulso?

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Simplemente María
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